IMPULSO/Luis Ángel Sánchez R.
¡O todos coludos o todos rabones!
Ese “Borrón y cuenta nueva” del que habla nuestro Presidente electo, conlleva por sí mismo muchas lecturas, tantas como filias y fobias tanto al personaje como al hecho, porque al final de cuentas ese “Amor y Paz, hermanos míos, porque a nadie le hace bien la venganza”, está de lujo para el ámbito personal, familiar y social y, vaya, humanísticamente es una premisa más que deseable, deseada pero, para un país con un Estado de Derecho… como que no embona.
Y de verdad que no es por criticar a “Andrés Manuel”, muy por el contrario, es para destacar que aún las mejores intenciones no generan los mejores resultados o, como dice Dante Aligieri en el clásico de su autoría, “La Divina Comedia”: “… de bien intencionados y perversos está allanado el camino hacia el infierno”…
Y es que viendo con objetividad eso del “Borrón y cuenta nueva”, de verdad que surgen dos “peros”, que difícilmente pueden considerarse subjetivos: por un lado, no se trata de un asunto personal o de decisión personal de Andrés Manuel López Obrador, sino de un tema de derecho en el que si bien el titular del Ejecutivo Federal tiene voz y voto, también así esto de los pendientes de los criminales con la justicia es un asunto que toca a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como titular de uno de los Poderes del Estado mexicano; y, por el otro lado, un principio de justicia imposibilita aceptar sin cuestionar la “propuesta”, porque no es posible aceptar “perdón” para los delincuentes ricos o relacionados con personas del poder, como los presidentes, y no así para los delincuentes “de a pié”, es decir, si se acepta “con o sin consulta al pueblo”, aquello de perdonar a los delincuentes de élite, surge obligada la expresión: “O TODOS COLUDOS O TODOS RABONES”…
El “el señor López” –como le decían con un tono un tanto despectivo sus críticos durante la campaña electoral-, es un ejemplo de ese “sí se puede”, que resulta imposible cuestionar como tal y sin duda que así también resulta una esperanza para México, tal cual y por razones en las que una gran mayoría coincidimos, pero precisamente porque la esperanza es producto de muchos “sin sabores”, bien vale no despejar la atención de lo que es correcto en cuanto a realidades, así como es, tal cual, realidades, y el Estado de Derecho en México si bien ha sido y es tratado por ocurrencias y hasta por circunstancias, es lo único firme con que contamos… qué sería de un País , sin un Estado de Derecho?… lo mismo que una persona o una familia sin principios ni valores… anarquía no simple… simplista.
En fin, queda como recordatorio para la conciencia, amable lector, que la administración del Presidente Electo no ha comenzado, aunque ya lleva un buen tramo recorrido por acciones reales y con efectos concretos y como pareciera que la consulta es uno de los toques que caracterizará a esta administración que viene, bien valdría que “entrara a consulta de cada uno de los ciudadanos”, y por las redes electrónicas hiciéramos saber nuestro sentir… incluso que el Magistrado Presidente y los demás integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación dijeran lo correspondiente… o bien, las Barras de abogados, los partidos políticos, las universidades, vaya, que sea esta administración la de la participación ciudadana… ¿No?