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Lucha transgénero, más allá de Miss Universo

IMPULSO/ Agencia SUN
México
Más allá de la polémica generada por su participación en un certamen comercial como Miss Universo, la comunidad transgénero de México demanda espacios libres de violencia, en los que pueda desarrollarse como cualquier otro grupo social.
Jessica Marjane Durán, fundadora y coordinadora de la Red de Juventudes Trans en México desde 2014, recalcó que “los espacios de participación donde haya mujeres trans deben ser reconocidos como espacios libres de violencia”, pero mantiene una postura crítica respecto al tema del concurso de belleza y la inclusión de dos mujeres transgénero por primera vez, representando a España y Mongolia.
“Hay que preguntarnos de qué nos han servido estos espacios y qué intereses siguen. Hay que saber que los certámenes reproducen las formas en que históricamente se ha colocado a la mujer en una situación de competencia por la imagen, y la lucha trans no se debe reducir a eso, es más preocupante la cuestión de los crímenes de odio, es una de las situaciones más urgentes para atender”, subrayó.
Entrevistada por EL UNIVERSAL, insistió en que “no hay que condenar a las mujeres trans a que la imagen sea algo que las defina”, luego de explicar que uno de los principales enfoques de su organización es la defensa de los derechos humanos, además del acompañamiento afectivo y jurídico.
“La Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA calcula que la expectativa de vida para un transexual es de aproximadamente 35 años, y confirmamos eso cuando vemos que las mujeres trans jóvenes son asesinadas”, aseguró.
Como ejemplo, Alaska Bout fue coronada Reina Gay 2018 de México y en julio fue hallada muerta en Veracruz, siendo la mujer transexual número 15 que es asesinada en la entidad este año.
Marjane Durán manifestó que la discriminación tiene un efecto lamentable, porque cobra un sentido, como en los crímenes de odio donde la víctima es la diversidad “y no hay una garantía de vida cuando el mensaje constante es la impunidad”.
En agosto se anunció en la Ciudad de México la creación de un grupo de la procuraduría especializado en delitos contra la comunidad lésbico, gay, bisexual, transgénero, travesti, transexual e intersexual (LGBTTTI) que puedan estar relacionados con la discriminación por orientación sexual, pero no se incluyeron los delitos sexuales o los homicidios.
Para Marjane Durán, la medida es insuficiente para resolver el problema que enfrenta la comunidad: “Las leyes existen, pero derecho legislado no es derecho ejercido”, sentencia. “Hay que repensar los tipos de violencia y ver las formas para erradicarlos. Tenemos que hacer frente a los discursos de odio, porque no se puede tener una postura neutral, sino una desde la empatía y de sumarse para transformar este panorama que parece lleno de incertidumbre”, subrayó.
En torno a la controversia por Miss Universo, el director de la ONG It Gets Better México, Alex Orué, expresó: “no me gustan los espacios que cosifican el cuerpo de las mujeres, pero en este contexto hay que entender lo que las personas trans enfrentan, que siempre cuestionen sus identidades, te están diciendo quiénes son y no hay motivo para negárselos”.
A fin de cuentas, dice, cada quien vive su propio cuerpo, su sexualidad “y esa violencia de negarles quienes son y ese tipo de posturas, que podrían ser sutiles, refuerza los discursos de odio”, asevera.
It Gets Better México ofrece apoyo a la comunidad LGBTTTI, principalmente en salud mental. Orué destaca cómo afecta de manera diferente la discriminación racial y socioeconómica a la que se da por orientación sexual: “La diferencia es que uno llega a casa y se encuentra con gente de ese mismo contexto; en los otros casos, por lo general llegamos a hogares donde son hostiles a la diversidad sexual y el sentirnos solos y no tener con quién apoyarnos nos deja en vulnerabilidad, no sólo ante los conflictos que esto pueda causar a nuestra salud mental o autoestima, sino ante la misma violencia que podemos recibir y con la gente que pueda tomar provecho.
“Para muchas personas, especialmente para las mujeres trans, es importante sentirse aceptadas como siempre se han identificado, pero es importante decir que ni una cirugía, ni un tratamiento hormonal ni una identificación oficial te hacen menos mujer o menos hombre, porque es una cuestión que va más allá de los genitales”, recalcó Orué.
Por razones como odio y discriminación, la comunidad ha creado sus propios espacios para tener un sitio seguro: “Existen espacios exclusivos para nosotros, porque no hay lugar en el resto de la sociedad. Tuvimos que hacernos de ellos para que fueran seguros y tener dónde convivir, desarrollarnos y validarnos, porque la sociedad no lo hacía”, dice.
Miss Universo abrió sus reglas en 2012, después de que la canadiense Jenna Talackova fuera expulsada al descubrirse que era una mujer transgénero. Talackova demandó a la organización y el escándalo presionó para abrir las puertas.
Este año, la primera en pronunciarse en contra de la participación de mujeres transgénero en el certamen fue la representante de Colombia, Valeria Morales, quien criticó a su compatriota Ángela Ponce al decir que era para “mujeres que nacimos mujeres”.
A esta posición se sumó la ex reina de belleza mexicana Lupita Jones, al indicar que la competencia debería ser en igualdad de características. Sus palabras fueron tachadas de transfóbicas: “Comentarios así normalizan la homofobia y la transfobia, y es un peligro al momento de compartir ese tipo de opiniones, que no son respetables porque son un discurso de odio. La libertad de expresión tiene sus límites y termina cuando estás incitando al odio o a la discriminación”, afirmó Orué.
Entre los certámenes de belleza en México que se concentran en transexuales, transgénero y travestis se cuentan Miss Trans Star, Nuestra Belleza Gay y concursos a nivel estatal. en los que se compite por ser la reina gay.