Agosto 15, 2024
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Economía cotidiana

IMPULSO/  Julio César Vega Olivares

Competencia o guerra

Hay quienes califican a la política como una guerra y no como una competencia democrática que se expresa en las elecciones, y con ello justificar algunos hechos, por aquello de que en el “Amor y en la guerra todo se vale”

y “el fin justifica los medios”, y bajo esas premisas, las conductas, ilegales, faltas de ética, corruptas, violatorias de la legalidad, codazos, empujones, golpes bajos, desprestigio, etc. se justifican. Además persisten en considerar que como en toda guerra “la primera baja es la verdad”, pues la verdad deja de ser sustento de programas, promesas y demás asuntos que a toda campaña política debería acompañar, además se dice que la primera regla es “que no hay reglas”.

Así que, de acuerdo a estos criterios, en la contienda electoral se vale todo y hacia allá se orienta la propaganda política: spots de televisión y de radio donde se realizan linchamientos mediáticos, juicios sumarísimos y la condena inmediata donde la voluntad y la opinión populares es irrelevante,  todo esto parece la media nacional.

Parece además que, entre más grandes son las mentiras en los discursos, más creíbles parecen, y la lógica, el sentido común y el buen juicio parecen inexistentes.

El voto compulsivo y no razonado ha sido la simiente de los resultados electorales y de las condiciones sociales del pueblo mexicano.

Debe quedar muy claro que las elecciones no son una guerra, son un acto democrático, una competencia donde los candidatos deben sujetarse a las reglas que toda competencia tiene.

Los partidos ahora se adaptan a las condiciones electorales actuales y acuerdan y modifican sus reglas electorales a fin de adaptarse a los nuevos tiempos políticos, en la forma y fondo en que estos cambios convengan a sus intereses como partido.

Ahora es tiempo de ajuste, así lo definen algunos partidos, el PRI, el principal partido nacional, reestructura su política electoral, sin duda, Manlio Fabio Beltrones y Carolina Monroy son personas de gran inteligencia y promueven cambios que parecen muy acertados en su XXXV reunión extraordinaria del Consejo Político Nacional, celebrada este sábado pasado, encaminada a preparar a su partido no sólo al 2016 sino con miras al 2018, y se toma una decisión que quizás es lo mas destacable, pues es algo sin precedentes que aplaudimos a Manlio Fabio Beltrones y a Carolina Monroy. Reconozcamos que el PRI se había comportado como una entidad cerrada y arrogante, así que se aprueba, de conformidad a lo previsto en el articulo 166 de sus estatutos, la participación de ciudadanos simpatizantes en los procesos internos para la selección y postulación de candidatos en los procesos electorales 2015-2016, de aquellas persona cuya fama publica o prestigio, se encuentren por encima de la de los militantes que aspiren al mismo cargo, también se refrendó la política de alianzas, del partido., eso hace al PRI un partido mas competitivo.

El PAN también hizo su asamblea nacional extraordinaria la XVIII; en el presídium estuvieron muchos conocidos, destacó la presencia de Felipe Calderón y Margarita Zavala; los panistas identificaron a sus enemigos, el PRI y Andrés Manuel López Obrador. El PAN jura y se manifiesta convertido al centro (si pudiera existir en política), nada que ver con la derecha, parecen olvidar las políticas de gobierno de Calderón y la enorme corrupción que encabezó. Ricardo Anaya se Salva, parece, bien intencionado, aunque su sistema anticorrupción parece de salva y lo dispara Ambrosio, ahora, se eleva a rango estatuario la comisión anticorrupción.

En el PAN, todos los órganos colegiados estarán integrados por mitad de mujeres y mitad de hombres; Ricardo Anaya alertó: “la división panista es la mejor receta para la derrota”.

 
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