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México
Alrededor de 180 obras conforman Cuevas desde el origen, muestra que sigue los pasos de este genio mexicano
A un año se inauguró Cuevas desde el origen estuvo aderezada con un concierto In memoriam donde la Orquesta Filarmónica 5 de Mayo, bajo la dirección de Fernando Lozano interpretó Réquiem de Mozart, junto con la Sociedad Coral Cantus Hominum.
Un recorrido por la obra de José Luis Cuevas desde sus etapas más tempranas, es la exposición Cuevas desde el origen, con la cual se rinde homenaje a este artista plástico de enorme relevancia a nivel nacional e internacional, a un año de su deceso.
Alrededor de 180 obras conforman esta muestra que, hasta el 6 de noviembre, se presentará en el Museo José Luis Cuevas, recinto que en este 2018, celebra 26 años de existencia.
La inauguración de Cuevas desde el origen estuvo aderezada con un concierto In memoriam donde la Orquesta Filarmónica 5 de Mayo, bajo la dirección de Fernando Lozano interpretó Réquiem de Mozart, junto con la Sociedad Coral Cantus Hominum.
Jorge Ruiz Dueñas, presidente de la Fundación José Luis Cuevas, destacó que esta exposición sigue los pasos paulatinos de este genio mexicano, un excepcional creador marcado por la irreverencia, la rebeldía, el humorismo, la pasión mundana y la enjundia para confrontarse a estilos artísticos vigentes.
Cuevas fue, dijo, “un artista plástico de notable relevancia que iluminó la escena artística del pasado siglo y aún de los primeros años de esta centuria, uno de los cuatro monstruos cardinales del neofigurativismo”.
A más de un año de su partida, con esta muestra-homenaje se recuerda a un personaje mítico y polémico, autor de un trazo limpio de inquietantes revelaciones, que hoy cuelgan de los muros de un edificio que fue restaurado para albergar su creación.
En Cuevas desde el origen, agregó Ruiz Dueñas, la mirada azul del artista vuelve a nosotros, así como su obra revolucionaria y acuciosa, cuyos trazos exploran la sombra y la luz, en líneas punzantes para hacernos vivir la náusea sartreana de vivir en la alucinación y el absurdo.
Por su parte, Magdalena Zavala, coordinadora de Artes Visuales del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), recordó el talento excepcional de José Luis Cuevas que le provocó un reconocimiento nacional e internacional.
En esta exposición, el público podrá realizar un recorrido por la trayectoria plástica del artista y apreciar desde sus obras más tempranas que muestran una gran influencia de José Clemente Orozco y Pablo Picasso.
Destacan, según Magdalena Zavala, una selección de autorretratos, género que Cuevas inició cuando tenía 11 años, además de varias series de dibujos donde se aprecia su soberbia destreza.
Cuevas desde el origen cuenta con 180 piezas que permitirán a los mexicanos admirar lo grande que fue este artista que donó gran parte de su obra al pueblo de México y que hoy se encuentra en custodia del INBA.
Finalmente, el secretario de Cultura de la Ciudad de México, Eduardo Vázquez, celebró esta exposición que se hace en honor de uno de nuestros más grandes artistas del siglo XX.
Ante amigos y familiares, como las hijas de José Luis Cuevas, Mariana y Ximena, además de su nieto Axel, el funcionario capitalino refrendó el compromiso del gobierno local con el legado del artista a través de la preservación de un espacio como el Museo José Luis Cuevas que, consideró, está llamado a ser un epicentro cultural en el siglo XXI.
Destacó la rebeldía creativa, fecunda y generosa de este artista, cuya obra donó al pueblo mexicano, algo que se dice fácil pero que pocos creadores hacen y que rompió con la idea anquilosada de lo que era el arte mexicano con el movimiento vanguardista de La Ruptura.
Tras sonar los acordes del Réquiem de Mozart que hicieron vibrar al Museo José Luis Cuevas, los asistentes podrán gozar de la herencia del artista plástico a partir de ahora y hasta el 6 de noviembre, en el recinto ubicado en Academia 13, Centro Histórico.
Cuevas desde el origen exhibe obras emblemáticas como Recollections of Childhood (1962), Cuevas Charenton (1965), Crime by Cuevas(1968), Homenaje a Quevedo (1969), Cueva’s Comedies (1971) y La rue des mauvais garçons (1972), entre muchas otras.
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