Diciembre 23, 2024
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Pensamientos negativos, causa, efecto en el cerebro y solución

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LA CAUSA…
Si alguna vez te has encontrado atrapado en un bucle interminable de pensamientos negativos, o preguntado por qué recuerdas tanto aquel insulto pero te olvidas tan fácilmente de los cumplidos, ya tienes a quien culpar: la evolución.
Según Rick Hanson, Ph.D., un neuropsicólogo (fundador del Instituto de Wellspring para la Neurociencia, y autor del best-seller “Los Seres Humanos son Evolutivamente un Sesgo de Negatividad”) nuestras mentes naturalmente se centran en lo negativo y descartan lo positivo. Esto era muy importante para nuestros antepasados, ya que les ayudaba a evitar las amenazas.
Por lo tanto, el cerebro humano ha evolucionado con esa facultad de recordar las amenazas y tenerlas presentes. Un estudio reciente informó que, en este nuevo milenio, alrededor del 20 por ciento de los trabajadores busca ayuda o asesoramiento en el lugar de trabajo para la depresión, un porcentaje más alto que el de cualquier otra generación. En otro estudio, el Instituto de Investigación de Políticas de la Mujer informó que las mujeres (de entre 18 y 46 años) padecen problemas por mala salud mental 4,9 días por mes de promedio, mientras que los hombres reportan un promedio de 3,6 días al mes. Nuestros cerebros se ven altamente afectados por el estrés, incluso cuando tal tensión es provocada por cosas mundanas que en absoluto ponen en peligro nuestra “vida”.
Los estímulos negativos producen una mayor actividad neuronal que los positivos, escribe Hanson en su página web. También se perciben con mayor facilidad y rapidez. Por ejemplo, en diferentes estudios se ha observado que la gente pueden identificar rostros de seres queridos más rápido si están enojados que felices, incluso si se muestran imágenes de conocidos tan rápido (sólo una décima de segundo más o menos) que no da tiempo a concientemente reconocer los rostros, si uno está enfadado, si se lo reconoce, es el antiguo instinto de lucha o huida de sistema límbico del cerebro el que aun se activan al ver caras amenazantes“.
Hanson describe el cerebro como “velcro para las experiencias negativas y teflón para las positivas.” Si bien algunas personas pueden ser inherentemente más optimistas que otras, por lo general es cierto que para que las experiencias positivas “se adhieran” a nuestro cerebro, así como las negativas, necesitan ser expuestas en nuestra conciencia por un período de tiempo más largo. Esto se debe a que la amígdala pone más neuronas en funcionamiento para almacenar en la memoria de largo plazo una experiencia negativa, para que esto se haga de forma inmediata, que en caso de experiencias positivas.
Es decir que los pensamientos negativos se almacenan más rápido y cuanto más si tenemos en cuenta la tendencia de darle vueltas una y otra vez en nuestra mente a los aspectos negativos de una determinada situación, esto hace más fácil volver automáticamente a estos patrones de pensamiento.
De acuerdo con el blog Psychology Today, el darle vuelta a los pensamientos negativos puede dañar las estructuras neuronales que regulan las emociones, la memoria y los sentimientos. Aun cuando nuestro estrés y la preocupación son totalmente hipotéticas y no basado en ninguna situación real ni actual, la amígdala y el tálamo (que ayuda a comunicar señales sensoriales y motoras) no son capaces de diferenciar este estrés hipotético del verdadero peligro y responden de la misma forma.
El cortisol, una hormona del estrés, es secretado del hipocampo, la parte del cerebro que ayuda a formar nuevos recuerdos. La mayoría de las personas experimentan un pico de cortisol por la mañana, pero también pueden tener picos de cortisol durante todo el día en respuesta al estrés. Esta hormona que se libera en respuesta a las experiencias y pensamientos negativos, hace, con el tiempo, que sea más difícil formar nuevos recuerdos positivos.
Nuestros cerebros son moldeadas por nuestros pensamientos y experiencias. Según Hanson, las sinapsis que utilizamos con mayor frecuencia se vuelven más sensibles. Nuestras experiencias y pensamientos pueden conducir al crecimiento de nuevas sinapsis, e incluso cambiar nuestros genes, alterando la estructura misma de nuestro cerebro. O, como escribe Hanson, “el cerebro toma la forma de la mente sobre la que descansa.”
Si eres propenso a los pensamientos negativos, esto puede parecer desalentador. Es fácil suponer que no tenemos control sobre nuestros pensamientos. Después de todo, a menudo surgen de la nada, y cuando empezamos a darles vueltas, puede ser difícil de romper el ciclo. Pero la buena noticia y base de gran parte del trabajo de Hanson es que es posible cambiar nuestros patrones de pensamiento e incluso “el cableado” en nuestro cerebro.
LA SOLUCIÓN
La meditación ha demostrado ser inmensamente valiosa en el cambio de los patrones de pensamiento negativo y la actividad cerebral. Un estudio publicado en Terapia Cognitiva y la Investigación en 2014 encontró que el descentramiento, o dar un paso atrás “observar los pensamientos y sentimientos como eventos temporales” puede ayudar a mediar los efectos de darle vueltas una y otra vez a los pensamientos en las personas con depresión.
Meditar regularmente (al final del artículo hay un link con meditaciones guiadas) no sólo puede ayudar a cambiar los patrones de pensamiento negativo, también ayuda al cerebro a enfocarse en lo positivo e incluso a retrasar la pérdida de células cerebrales. Para las personas que luchan con la depresión, la meditación no necesariamente sustituirá a la terapia y / o medicamentos, pero puede funcionar como un complemento. Hanson también recomienda practicar la gratitud (llevar un diario de gratitud y escribir en él cada mañana por que está uno agradecido, es una forma de hacerlo), lo que puede ayudar a aumentar el bienestar psicológico.
En El Arte de Vivir se imparten cursos de respiración y meditación para gestión de las emociones y los pensamientos negativos. En las sedes de todo el país hay encuentros semanales abiertos y gratuitos para meditar en grupo.
Para meditar en casa simplemente siéntate con la espalda recta en una posición cómoda, que puedas mantener unos 20 minutos. elige una meditación guiada de la lista, dale al play, cierra los ojos y déjate llevar.
No te preocupes si las primeras veces surgen pensamientos, es normal, simplemente vuelve a llevar, sin esfuerzo, tu atención a las indicaciones una y otra vez. elartedevivires.org

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