Agosto 15, 2024
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Dedican libro al mundo del “anticuariato”

IMPULSO/ Agencia SUN

México D.F

Un libro de antigüedades siempre puede traer novedades, aunque a simple vista es un tema del que no se puede sustraer algo nuevo. Elena Horz, autora del prólogo del libro “Anticuariato en México”, considera que este tema es inédito para el mundo bibliográfico. 

 

La editorial Smurfit Kappa realiza desde hace 43 años, una compilación anual de saberes artísticos con el fin de informar al lector acerca de la historia e investigación artística mexicana, pero también sobre las aportaciones que se han hecho alrededor del mundo. Este año fue el turno de hablar acerca de los anticuarios. 

Al abrir las primeras páginas del libro, del que sólo se imprimieron limitados números (2,600) con fines divulgativos, el lector se encontrará con una reflexión acerca de colecciones y coleccionismos de Elisa Ramírez Castañeda y una revisión de carácter histórico de Gustavo Curiel. Podrá ver los escritos que Hilda Urréchaga hizo sobre los anticuarios del siglo XX y XX1 y finalizará con el epílogo de Daniel Liebsohn. 

La información local da cuenta de las descripciones que se hacen del anticuario y su historia; se hicieron consultas de información bibliográfica y oral. Personas de hasta de 90 años compartieron sus conocimientos sobre sus vidas como coleccionistas de arte y el mundo de las antigüedades y anticuarios. 

“Nuestro propósito fue aglutinar de manera ordenada en un proyecto editorial información oral, hemerográfica y bibliográfica del cual nunca antes se había escrito en México. Tratamos de dar un espectro general de lo que es el anticuariato en el país, sin pretender que fuera un trabajo enciclopédico; no es un directorio de anticuarios, sino una gran muestra representativa”, afirmó Horz. 

La de los anticuarios en México, opinó Horz, es una profesión muy loable que ha crecido. Algunos de estos anticuarios se encuentran, por ejemplo, en la Plaza del Ángel en la Zona Rosa, donde unos se dedican a periodos históricos específicos, mientras que otros a antigüedades mexicanas; pintura, escultura, entre otros ejemplos. 

El anticuario es alguien clave en la conservación del patrimonio nacional, explicó Horz, porque lo rescata y lo repatria. Tiene el papel de ser custodio e investigador y muchos se informan y se preparan en relación con los objetos que en ese momento tienen para la venta. 

Además, los anticuarios son los grandes orientadores de los coleccionistas, pues los ayudan y sugieren qué comprar, dónde colocarlo y cómo decorar. 

En México se pueden adquirir antigüedades en la Zona Rosa, en La Lagunilla o en los llamados “cajueleros”, mercaderes itinerantes. Pero hay quienes se dedican al comercio informal, por lo que Horz recomendó no comprar cosas de las que nada se conoce.

 
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