IMPULSO/Arturo Albíter Mtz
Sano enfrentamiento entre Legislativo y Ejecutivo
– Sano enfrentamiento entre Legislativo y Ejecutivo, siempre y cuando sea en beneficio de la sociedad.
– Mientras unos se muestran incrédulos ante la responsabilidad de Delfina Gómez, otros se “relamen los bigotes”.
Para instancias empresariales como es el caso de COPARMEX, la sociedad civil debe estar organizada para convertirse en un contrapeso de las decisiones que se puedan tomar en las Legislaturas, tanto en la federal como en la local, ya que su mayoría es considerable y pueden convertirse en una herramienta para que el mandatario en turno caiga en excesos.
En este caso la COPARMEX puso el dedo en el renglón y en el ámbito nacional su dirigente ya dio a conocer la postura de la organización que representa y dijo que se asumirá como un contrapeso para cualquier decisión que afecte a los intereses de la sociedad.
En el caso del Estado de México, el dirigente de COPARMEX, Gilberto Sauza, explicó que la nueva generación de legisladores deben tomar en cuenta y entender que la sociedad ya maduró y salió a votar por la alternancia.
Es necesario que tomen en cuenta las necesidades de la sociedad por encima de sus intereses de partido y hasta vio con buenos ojos un sano enfrentamiento entre poderes, en este caso el Legislativo y el Ejecutivo, siempre y cuando los resultados de tal acontecimiento sean en beneficio de los mexiquenses.
Aunque de inicio, seguramente los legisladores de mayoría y los afines al gobierno estatal llegarán a muchos acuerdos, será interesante conocer lo que va a suceder cuando no tengan los mismos intereses.
Además se debe tomar en cuenta que muchos de los legisladores que ganaron, lo hicieron más como parte del fenómeno de influencia que tuvo Andrés Manuel López Obrador que como reconocimiento a su capacidad.
Así que es importante reiterar que tendremos un Congreso local, donde los partidos con mayoría deben aprender a trabajar bajo esa condición y el partido oficial que por primera ocasión se encuentra en clara desventaja, deberá entender cuál es la mejor opción para lograr acuerdos.
Por lo pronto, organizaciones empresariales como COPARMEX se dijeron dispuestas a ser el contrapeso de para evitar que se tomen acuerdos pensando en apoyar decisiones de partido en lugar de preocuparse por el bien de la sociedad.
Mientras unos se muestran incrédulos ante la responsabilidad de Delfina Gómez, otros se “relamen los bigotes”
Sin duda que ha causado revuelo en todos los ámbitos políticos y de administración gubernamental, el nombramiento de la morenista Delfina Gómez como coordinadora general en el Estado de México; en principio porque suponen es un cargo anticonstitucional y segundo, al interior de su mismo partido, porque recuerdan su forma de gobernar en Texcoco y suponen que hará lo mismo.
Mientras el PRI sufrió en las elecciones porque José Antonio Meade era un mal candidato, pero un excelente funcionario, en Morena, las cosas son distintas, desde que aspiró a su primer cargo de elección Delfina Gómez ha demostrado ser buena candidata, pero la mayoría de sus compañeros saben de su debilidad como funcionaria pública.
Sólo basta recordar cómo dejó Texcoco y la gran mayoría comenta que quien en realidad gobernaba era Higinio Martínez a través de algunos miembros de su familia.
Ahora, con la recién creada figura de coordinadora general, mientras algunos siguen incrédulos sobre la capacidad de la senadora electa para llevar las riendas de tan importante encargo, otros en Texcoco se “relamen” los bigotes, porque sin duda tendrán injerencia en la forma de manejar más del 67 por ciento del presupuesto designado al Estado de México.
Y lo más “jugoso” del tema es que son recursos, en su mayoría destinados a programas sociales.
Si es constitucional o no, Morena no tiene problema alguno para resolverlo en el Congreso tanto en el federal como en el estatal.
Pero si esa figura opera como hasta ahora se ha especulado, las autoridades estatales enfrentaran un problema más, y quizá uno de los más graves, la operación de recursos para familias de bajo poder adquisitivo o en algún grado de pobreza. Lamentablemente, el gran capital de votos.
