Agosto 14, 2024
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Comentario a tiempo

IMPULSO/ Teodoro Rentería Arróyave
El voto premia o castiga
Desde hace varias décadas, en nuestros Comentarios a Tiempo, habíamos sostenido que cuando el pueblo mexicano elector tuviera conciencia de que su voto no sólo servía para elegir a uno o varios candidatos, sino para premiar o castigar a políticos aspirantes a puestos de elección, a partidos políticos y a gobiernos, el engranaje social cambiaría totalmente.
En los prolegómenos de esta elección, para muchos sorpresiva, a pesar de los análisis que varios periodistas estuvimos haciendo, sobre todo en el sentido de la madurez de los electores, insistimos que ese detalle sustancial del voto, es decir, que premia y que castiga, se iba a ser presente.
Los descreídos y los soberbios inclusive se burlaban, también algunos compañeros, al contrario de advertir sobre esta realidad, se dedicaron a seguir con la campaña del odio.
Fue tal el absurdo que, mientras más atacaban al ahora presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, más subía en las encuestas.
Basta afirmar, aunque sea tema de otra entrega, que la agencias encuestadoras se reivindicaron, no fallaron, dijeron la verdad y las urnas les dieron la razón.
Sobre las llamadas encuestas del odio, del miedo, es de señalar que hasta el autor o inventor de las mismas, el español Antonio Sola, más conocido como “el rey de la propaganda negra o guerra sucia”, con la victoria de Andrés Manuel, declaró descarado que ya no sirven. Nuevamente, la madurez de los electores se impone.
Lo anterior lo decimos porque esa guerra sucia que inventó la frase “AMLO es un peligro para México” medio le sirvió a Felipe de Jesús Calderón Hinojosa para entronizarse en el poder, puesto que desde siempre hemos sostenido que llegó al poder por medio de un descarado fraude, su misma frase del “aiga sido como aiga sido” nos da la razón. Aparte de fraudulento, descarado.
López Obrador arrasó en todo el país, todos los estados los ganó salvo Guanajuato; su movimiento tendrá mayoría casi calificada en ambas cámaras del Congreso de la Unión y una gran mayoría en las de los estados.
En fin, ha quedado comprobado que el voto premia o castiga.