IMPULSO/Redacción
Toluca
Según cálculos de investigadores sobre educación, en México, en especial en territorio mexiquense, todos los días, las públicas y privadas generan al año, al menos, dos millones de ideas.
¿Dónde están esas ideas, dónde se almacenan? Diariamente, más de dos millones de estudiantes asisten a las casi cinco mil universidades que hay a lo largo y ancho de todo el país. Jóvenes entre los 18 y los 30 años y más (en los casos de posgrado) acuden a las aulas de algún centro universitario de todo el Estado de México a ofrecer, pedir, intercambiar o debatir ideas respecto a lo que es y será el futuro de la nación.
Muchas de estas ideas son brillantes, suenan atractivas y resultan motivantes. Y esas ideas brillantes, ¿dónde quedan, son aplicables en beneficio de la sociedad? En este contexto, Odebrecht México salió a toda la República Mexicana (y en particular a la capital mexiquense) a efectuar una gira de acercamiento con más de 20 universidades y centros de estudios superior.
Esta constructora multinacional pudo corroborar que nuestras universidades son semilleros de grandes ideas. Todos y cado uno de los campus visitados por los representantes de Odebrecht fueron percibidos como una fuente inagotable de talento y creatividad y estas visitas corresponden a invitar a los estudiantes a participar en el Premio Odebrecht para el Desarrollo Sostenible 2015. Presentado por segundo año consecutivo en México.
El premio tiene como objetivo desafiar el espíritu emprendedor de estudiantes y profesores universitarios de Ingeniería y Arquitectura para que propongan soluciones basadas en principios sustentables que contribuyan al desarrollo de tres áreas en específico: agua, infraestructura y energía.
El reto que significa el Premio Odebrecht para el Desarrollo Sostenible 2015, por un lado, provoca y motiva la creatividad estudiantil, pero al mismo tiempo ofrece la posibilidad de concretar ideas para que sean una realidad sustentable que genere progreso y cambie al mundo.
