IMPULSO/ Edición Web
España
No se veía yendo de aquí para allá con 50 años sacando fotos para el periódico local en el que trabajaba.
Tampoco la llenaba cubrir grandes conflictos o desastres naturales, como hizo en Siria o Haití para Cruz Roja o Médicos Sin Fronteras. Había conocido el otro lado, más cínico que humanitario, del fotorreporterismo. Entonces Cristina de Middel (Alicante, 1975) decidió cambiar de vida. Se dedicaría a sus propios proyectos, aprovechando la libertad de la creación artística y la escuela de sus 10 años en la prensa. El éxito fue fulgurante. En 2012, su serie Los afronautas, que criticaba la estigmatización de Africa por parte de los medios de comunicación, catapultó a esta antigua estudiante que cambió Derecho por Bellas Artes a la primera línea de la fotografía internacional.
Esa serie, que ella misma se autoeditó en un fotolibro muy premiado, le abrió muchas puertas. Por una de ellas se accedía al Archive of the Modern Conflict, un organización y casa editorial con sede en Londres, Toronto y Pekín, que le procuró la inspiración y el material con los que ha construido ahora la desconcertante y muy sugestiva exposición Man Jayen, que ayer se presentó en el Museo Universidad de Navarra. El País