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En la informalidad 8.8 millones de madres trabajadoras

IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
: Seis de cada 60 mujeres con hijos que trabajan en México lo hacen en la informalidad, es decir, ocho millones 846 mil madres trabajadoras no cuentan con acceso a instituciones de salud ni perciben prestaciones laborales de ley, revela la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.

Las madres trabajadoras enfrentan más dificultades para la necesidad de ocuparse de manera informal, con el costo y la precariedad que esto significa para ellas y sus familias.
Seis de cada 60 mujeres con hijos que trabajan en México lo hacen en la informalidad, es decir, hay ocho millones 846 mil madres trabajadoras que no cuentan con acceso a instituciones de salud ni perciben las prestaciones laborales de ley, esto según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, de acuerdo al cuarto trimestre de 2017.
A nivel mundial, sólo 4% de los empleadores reconoce que tiene una estructura para atender el periodo de maternidad tras la reincorporación a la vida laboral de la mujer, por ejemplo, con esquemas de maternidad extendida, en los que la madre tiene la posibilidad de quedarse un poco más de tiempo en casa, lo que facilita su permanencia en el sector formal, revelan datos de la Asociación Americana de Recursos Humanos.
“Por un tema de apoyo familiar, no sólo de los hijos, las madres trabajadoras terminan desempeñándose en actividades informales, principalmente en el sector comercio, vendiendo productos por su cuenta o poniendo algún local, ese tipo de actividades les permiten contar con un ingreso generalmente bajo y tener tiempo para atender a la familia”, comentó Ivonne Vargas, especialista en capital humano.
Las percepciones de las madres que laboran en la informalidad son menores a las que recibirían en el sector formal. Por ejemplo, la mediana del ingreso por hora trabajada de las mujeres con hijos en el sector informal asciende a 22.50 pesos, cifra 10% inferior a los 25 pesos que ganan las mujeres con o sin hijos en general, y 14% inferior a los 26.1 pesos por hora que ganan en promedio los hombres.
El problema es que, por su condición de madres, se ven orilladas a emplearse en actividades en las cuales la productividad es baja, como, por ejemplo, el comercio. En términos generales, casi 80% de las mujeres empleadas de manera informal se ubica en el sector servicios, entre ellas, más de una tercera parte se ocupa en el comercio.
El hecho de que las trabajadoras con hijos obtengan su ingreso de actividades con baja productividad, en realidad, termina siendo una causa de segregación, y una de las desigualdades a las que se enfrentan.
“Así como hablamos de la desigualdad para llegar a puestos directivos o la desigualdad salarial, el hecho de que haya un alto porcentaje de mujeres en estas actividades de baja productividad es causa de segregación, de desigualdad”, afirmó la especialista, quien también es asesora en desarrollo humano.
“La informalidad no sólo es esta parte que te deja sin las prestaciones sociales, también te deja sin una estructura de capacitación y de actualización continua, que es importante para que la mujer se pueda desarrollar laboralmente”, agregó Vargas.
Del total de mujeres trabajadoras con hijos que laboran en la informalidad, más de la mitad, es decir, 4.8 millones (55%) son trabajadoras por cuenta propia, ello significa que, hasta cierto punto, puede ser un segmento con alta generación de mujeres emprendedoras.
Posiblemente son mujeres que tenían un empleo formal, pero tuvieron a su hijo, no pudieron regresar a trabajar y entonces se dedicaron a realizar un trabajo remoto, independiente, pero que las excluye de las prestaciones. Además, no todas cuentan con una formación profesional que les permita desarrollarse, a la vez que hacen falta apoyos para impulsar sus emprendimientos.
En México, crece el número de madres que contribuyen de manera importante o se hacen cargo de la economía de sus hogares, de allí la importancia de reducir la brecha que existe entre quienes están segregadas en la informalidad con trabajos de baja productividad a través de políticas públicas, concluyó Ivonne Vargas.