IMPULSO/Gabriela Vargas G.
Artículo
Las elecciones en nuestro país no pueden estar al margen de las redes sociales ni del ámbito del internet. Incluso, y a pesar del escándalo por el mal uso que se dio a los datos personales de Facebook por la empresa de estrategia política, Cambridge Analytica, al realizar perfiles psicográficos con usos electorales.
Si bien el hecho hizo resurgir nuevamente la polémica del uso de las tecnologías en el ámbito de la política, debemos reconocer que, irremediablemente, nos dirigimos a que sea en este espacio donde se informen, deliberen y consignen los hechos de interés nacional cada vez más y, por supuesto, los procesos electorales forman parte de ello.
La complejidad de blindar las tecnologías de información genera temores fundados. Cuando se trató de impulsar la modalidad del voto electrónico en el extranjero para estas elecciones, por ejemplo, éste no prosperó porque el INE y los propios políticos no tenían certeza de garantizar la inviolabilidad de un sistema que permitiera a nuestros connacionales votar de manera rápida por vía electrónica, por lo que todavía en esta elección se hará por vía postal.
Cuando se firmó el memorándum con Facebook, no bien había terminado la rueda de prensa ya se especulaba del temor de una transferencia de información de datos personales del Padrón a la conocida red social.
El documento que generó tanta polémica señala que Facebook permitirá que mensajes de participación ciudadana estén disponibles en su plataforma y que transmitirá el Programa de Resultados Preliminares (PREP) con información que reciba del INE en tiempo real, además de difundir foros de capacitación para los medios.
En el caso del memorándum, entre Twitter y el INE, se expresa de manera clara que el objetivo es que dicha plataforma se coordine de forma regular con la autoridad electoral, tanto para reforzar la seguridad de la misma, en momentos clave del proceso electoral, como para promover un adecuado y oportuno flujo de información relevante para sus usuarios y medios.
Bajo esa premisa de coordinación, que no de regulación, se inserta también el recién convenio firmado con Google para transmitir también dichos debates a través de la plataforma de YouTube, permitir a sus usuarios ubicar sus casillas, localizar información sobre candidatos y transmitir los resultados del PREP en tiempo real, como fuente paralela de la información oficial.
El cambio de hábitos de información de la población exige considerar la inclusión de internet y las redes en estos procesos de interés nacional, antes que denostarlos prematuramente por la potencialidad intrínseca que lleva su instantaneidad.
La realidad tecnológica se impone y la tendencia es irreversible. Para muestra, los resultados de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2017, y los de la asociación de internet.mx. Ambas fuentes documentan que en México hemos pasado de 20. 2 millones de usuarios de internet en 2006, a 71.3 actualmente, lo que representan el 63.9 por ciento de la población de seis años o más.
El cambio en los hábitos de los usuarios para buscar información es contundente: las principales actividades de los usuarios de Internet actualmente son: obtener información (96.9%), entretenimiento (91.4%), comunicación (90.0%), acceso a contenidos audiovisuales (78.1%) y acceso a redes sociales (76.6 por ciento). Cada usuario en México posee cinco redes sociales en promedio. Facebook se mantiene como la principal (95%), le siguen Whatsapp (93%), Youtube (72%), Twitter (66%) e Instagram (59%).