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IMPULSO/David Arellano

Por qué AMLO le saca al debate

Hay mucho que decir del porqué López (AMLO) le saca al debate, pues, para dicho ejercicio, siempre es necesario control de las emociones, conocimiento claro de los temas a debatir, saber manejar el discurso, de estas dos, López es lo que menos tiene, recordemos los debates en los que ha participado desde su primera incursión como candidato presidencial en 2006 por el PRD, en esos días, su nivel de popularidad era muy similar al actual, sin embargo, por su falta de preparación en esta disciplina comunicativa, fue la diferencia para que, desde el primer debate, sus aliados, en especial la población indecisa de votantes, reflexionara su voto y no ganara.

López peleaba además contra la esperanza que Vicente Fox vendía en esos días, competía contra un candidato que conectaba, que era brabucón y rebelde, que sabía dejarse guiar, en la historia de nuestro país, Fox representa el mejor candidato en la época moderna, lástima que no fue así como presidente.

Ya en 2012, el pleito sería ahora con Felipe Calderón, candidato que sabía muy bien del tema, sabia debatir, su experiencia y, sobre todo, el cometer menos errores públicos le ayudaba, Roberto Madrazo en ese entonces se trataba de reponer de una precampaña de mucho desgaste y acusaciones de corrupción mutua con Arturo Montiel.

López no supo aprovechar lo que sus oponentes le dejaban en bandeja de plata, nunca subrayó los pocos avances de Fox y su nulo cambio de fondo, que eran sólo por encimita, nunca buscó, mejor dicho, nunca tuvo junto con su equipo la estrategia correcta para mostrar que el representaba la esperanza de un verdadero cambio, pero se dedicó a denostar y perder el control, todos nos acordamos en aquellas campañas de aquel “¡Cállate Chachalaca!”, “¡Al diablo con sus instituciones!”, frases que han marcado la vida y el discurso de López.

Ahora, seguro estoy vamos a sumar algunas otras más, entre ellas la de dar admistía a delincuentes y narcotraficantes.

Después de este recuento, es sin duda el que tiene menos ventaja en el debate, al cuestionarlo tendrá que explicar cómo se harán realidad sus propuestas populistas, que analistas serios las ven como meras ocurrencias que, comparadas con el presupuesto del país, no hay de dónde hacerlas realidad más que adquiriendo deuda.

López no puede ser ahora el rebelde y entrón de hace años, no sólo por su avanzada edad, sino por su discurso de la “Republica amorosa” -copiada de Hugo Chávez-.

Por otro lado, hay quien con más júbilo le ha arrebatado esa forma de hacer política y le va resultando. El Bronco será ahora el arrebatado, el irreverente, el de las palabrotas, pero, como dice la Nana Goyo, “ésa es otra historia”. Nos saludamos en redes sociales: en Face, David Arellano, y en Twitter, @DavidArellanomx

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