IMPULSO/ Carlos Matute González
La evasión fiscal en Latinoamérica
No hay un consenso generalizado en cuáles o cuántas deben ser las atribuciones del Estado, aunque todas las perspectivas coinciden en la necesidad de que realice directamente las esenciales. Desde una perspectiva liberal, la principal es la protección de los Derechos Humanos y la generación de un espacio de libertades para el desarrollo del individuo.
En una visión socialdemócrata se promueve el intervencionismo estatal en la economía, en la inversión de infraestructura y la mitigación del conflicto social mediante el gasto en salud, educación, vivienda, seguridad social, entre otros, y la promoción de Derechos Humanos, sociales y culturales.
En todo caso, el Estado tiene como función primaria establecer el orden sobre el territorio que ocupa y para ello necesita allegarse de recursos provenientes de la misma sociedad para cumplir con sus atribuciones, esto mediante el establecimiento y cobro de contribuciones. El ideal es, como en el juego de la pirinola, que todos pongan y todos tomen en forma equitativa y proporcional conforme a una norma general aprobada por un órgano colegiado con representatividad política.
Las condiciones de desigualdad social en Latinoamérica convierten al sistema tributario y al gasto público en instrumentos de redistribución del ingreso en el que algunos ponen más, quienes poseen más recursos, y otros sólo toman, que debieran ser los grupos marginados del desarrollo
Sin embargo, eso no necesariamente sucede por la misma complejidad de las reglas impositivas y la globalización de la economía, que abren espacios a la evasión y elusión fiscales, en los que las empresas transnacionales pueden ser las beneficiarias, es decir, pongan poco y tomen mucho vía subsidios fiscales.