Diciembre 25, 2024
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Orejas y rabo para el América

IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad De México
Después de dos meses con el América, Joe Corona fue determinante al firmar su primer gol oficial como azulcrema, el cual sirvió para impulsar a una aplanadora sobre el frágil Tauro de Panamá (4-0).
La noche de este martes, en la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones de la Concacaf, las Águilas volaron fácil, al perfilarse como favoritas de la llave.
De seguir por esta línea, en un campeonato que es del pleno dominio de los equipos mexicanos, América podría pensar que se toparía en semifinales a los Tigres… o al Toronto FC, si es que sorprende a los regiomontanos.
Y en lo que llega el juego de vuelta, Joe Benny aprovechó la oportunidad de un endeble rival para entrar al ritmo de las exigencias del Piojo Herrera, quien —si bien— apostó por rotaciones, éstas le funcionaron para alistar su duelo del fin de semana, contra el León, en el Estadio Azteca.
El mediocampista de las Águilas se encontró. Fue peligroso a lo largo de los 70 minutos e hizo retumbar al Coloso de Santa Úrsula, pese a la poca cantidad de aficionados por tratarse de un cotejo a media semana.
Un golazo inauguró el marcador a los 16 minutos. Tras una serie de rebotes, afuera de la media luna, el esférico quedó a merced de Corona, quien lo prendió con la zurda para estamparlo al ángulo superior izquierdo de Óscar McFarlane (1-0).
Mientras el originario de California, Estados Unidos, era abrazado por sus compañeros, a lo lejos el técnico Miguel Herrera aplaudía y sonreía con cierta incredulidad por el inesperado bombazo de su dorsal cuatro.
La armonía azulcrema por poco queda arruinada en el último suspiro del primer tiempo. Un pelotazo largo agarró al portero Agustín Marchesín lejos de su puerta. En un segundo, el argentino decidió ser protagonista, más no espectador, al regresar con una carrera endemoniada a su cabaña, para rechazar el balón justo sobre la línea.
A Adalberto Carrasquilla, autor del disparo, sólo le quedó lamentarse y llevarse los brazos a la cabeza. Milimétrica acción que puso en duda tanto a jugadores y al árbitro estadounidense Armando Villarreal; sin embargo, el reloj siguió su curso, como el único que no se sorprendió por la espectacular salvada de Marche. Jugada catártica, porque fue un baile en el complemento.

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