Julio 16, 2024
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Las tres declaraciones de los tres (I)

Teodoro Rentería Arróyave

En el festejo principal del 89 aniversario del Partido Revolucionario Institucional, PRI, que se llevó a cabo en una carpa que se instaló en el estacionamiento de su sede de Insurgentes Centro, José Antonio Meade, su candidato ciudadano a la Presidencia de la República, se unió a la euforia de los priistas que gritaban “México chingón” con su pregunta y frase franca: “¿Cómo queremos a México? ¡Lo vamos a construir juntos a ese México chingón y juntos vamos a ganar!”.
Su discurso osciló entre sus conocidos planteamientos y los que hizo en su momento el malogrado candidato Luis Donaldo Colosio Murrieta después de lanzarse contra sus oponentes en el camino a Los Pinos, al decir que “Nadie puede dejar de explicar de qué ha vivido, ningún candidato puede usar la contienda para lavar sus culpas y su dinero, no hay cortina de humo que valga, el que la hace debe pagar”.
De inmediato afirmó que no podemos regresar a la época del caudillismo y aseguró que, si gana, no permitirá la corrupción; para luego precisar su mensaje con dedicatorias: “No vamos a permitir un México de caudillos ni de mesías”.
Ya más preciso sobre el candidato sonorense asesinado, continuó: “Porque conocemos y reconocemos políticas equivocadas, estamos decididos a impedir que el país vuelva a tropezar. Hace 28 años, el priismo y mi generación fuimos convocados para trabajar por un país que hoy todavía tiene, como dijera Luis Donaldo Colosio, hambre y sed de justicia”.
Continuó: “Hay en México legítimas expresiones de enojo y decepción, hay en México un fundado reclamo, malestar e indignación por la inseguridad y la violencia, por la impunidad y la corrupción, pero hay en México millones de servidores públicos de todos los partidos, priistas y ciudadanos, ellos y yo como nadie repudian la corrupción y exigen que se castigue a quienes han violado la ley, sean del partido que sean”.
Poco antes había elogiado al presidente Enrique Peña Nieto (ante los aplausos de los presentes) al asegurar que, con él, los mexicanos forjaron un pacto por el país, que son muchos los resultados del peñismo.
Luego siguió con sus compromisos: “En el futuro, queremos que México sea una potencia”. Afirmó que el PRI es la opción del cambio e hizo un llamado a los priistas: “Salgamos a dar la batalla de nuestras vidas porque la de julio será una elección fundacional”.
Finalmente, el candidato ciudadano presidencial del PRI aseguró que él habrá de ganar porque México no quiere saltos al vacío, tampoco aventuras políticas, retrocesos o demagogias.
Éste fue un discurso de reconocimiento de las legítimas expresiones de enojo y decepción y de un futuro de un “México chingón”. Continuará.

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