Equipo estratégico y cuarto de guerra
David Arellano Ortega
Ustedes dirán que esto se asemeja más a un conflicto bélico, y tienen razón, en realidad, una campaña política es una guerra, todos luchan por posicionar a su candidato, sus ideas, tener los mayores datos posibles, la mejor estrategia, los mejores espacios y cada vez más promotores; todo se resume en dos objetivos finales, tener el mayor número de votos posibles y ganar una elección con ellos.
Pero ¿de dónde sale la idea para llegar al objetivo final?, ¿del candidato?, ¿de sus amigos?, ¿cuates?, ¿de dónde? La respuesta es simple, pero la operación de la misma no tanto, sale del “equipo estratégico”, quienes componen o son parte de este equipo son lo más especializado posible en el área que van a desempeñar, que en muchos de los casos es un equipo alterno al partido, es el primer círculo de confianza del candidato, es el equipo más capacitado y el de mayor desempeño.
El cuarto de guerra o “war room” es la oficina central de mando estratégico, el término nació en el ámbito militar. En comunicación política, es el grupo de especialistas que aportan conocimientos que planean, analizan y toman decisiones en la campaña política o en gobierno.
Para muchos, el primer paso es diseñar una estrategia para poder ganar una elección, sin embargo, en realidad, la estrategia es el segundo paso, el primer paso es realizar investigación o, en la mayoría de los casos, mandar a hacer una investigación, pero la pregunta que salta a la mente es “¿investigación de qué?”, la respuesta es compleja y un poco larga, hoy, les compartiré lo básico qué hay que investigar, para poder saber qué investigar, hay que saber qué vamos a investigar.
Las elecciones se ganan con votos y los que emiten los votos son los ciudadanos o electores, todos ellos muy diferentes de pueblo a pueblo, de ciudad a ciudad, de colonia a colonia, sin embargo, todos tienen comunes denominadores, es decir, cosas en las que coinciden, esas semejanzas son las que nos interesa investigar, hay infinidad de metodologías para poder saber esas necesidades, que es el punto de coincidencias entre nuestros electores. En mercadotecnia, es nuestro público meta, es tan simple que quien conoce al público meta es quien gana las elecciones.
Me viene a la cabeza y seguramente a usted también aquella frase de “Vamos a sacar al PRI de Los Pinos”. Después de 76 años de gobernar nuestro país, la gente, el ciudadano, quería un cambio, el que fuera, pero un cambio. Esta frase fue acuñada después de un estudio realizado vía telefónica y en encuesta, pero se hicieron estudios no sólo para esta frase, sino incluso para la foto que se uso en campaña para saber de qué forma era más agradable Fox para la gente, en cuál daba más confianza al electorado y en cuál se veía más enérgico, lo que llamamos en la cotidianidad “con más we…s”. Los mexicanos querían seguir a alguien que representará el cambio, que fuera anti-gobierno, se necesitaba que ellos vieran reflejado su enojo para poder votar contra el régimen de esos días, para votar por quien les diera esperanza, por que las cosas estarían mejor y así lo hicieron, es cuando Fox logró aglutinar el voto del cambio, el voto del anti-régimen, no se trataba de que sus propuestas eran buenas o no porque, si le pregunto a usted si recuerda alguna de las propuestas del señor de la botas o de sus logros, estoy seguro de que no se acuerda, pero sí sabe que fue quien “sacó al PRI de Los Pinos”, funcionó tan bien que esa euforia no duro sólo seis años, sino 12, y si hubiera habido reelección en esos días, la gente lo hubiera elegido nuevamente por el simple hecho de que la propia ciudadanía justificaba los desaciertos de Fox (y seguro usted ahora lo va a recordar) diciendo: “en seis años, no va poder componer los 70 años del PRI”, ¿ya se acordó?, la propia ciudadanía lo justificó porque, de no hacerlo, sería aceptar su equivocación de haber votado por otro partido.
Ya no pudieron votar por Fox nuevamente, pero sí por alguien de su partido y de su Gabinete. En el sexenio siguiente, Calderón gana con la esperanza de “vivir mejor” y de ver los beneficios que Fox no pudo hacer se hagan realidad, pero la elección no fue la mejor y empieza a haber inflación; lo que llevó todo al traste fue la “guerra contra el crimen organizado”, ya que, en toda nuestra historia, ése fue el sexenio con mayores asesinatos, los indices de inseguridad estuvieron al tope, los secuestros y levantones, sumados a las balconeadas de sus secretarios y nulos avances.
Entonces, la gente cambió de parecer y votó por el “voto del compromiso”, el voto de la “estabilidad” el voto de “te lo firmó y te lo cumplo” y empezamos a escuchar en la calle y en las platicas: “Más vale malo conocido, votamos por otro y mira como estamos, el PRI ha tenido muchos logros”, y votan con entusiasmo por el exgobernador más popular de la historia, al que todos conocían, quien representaba “la experiencia de gobernar” y no las ocurrencias y experimentos.
Todo esto que hoy le explico fue resultado de diferentes estudios de opinión, intención del voto, estudios cualitativos y psicología del votante, pero no en general, sino por zonas geopolíticas, económicas y educativas. Por eso, en lineas arriba, le comenté que antes de hacer una estrategia es necesario un estudio, pues de éste deriva la estrategia, es decir, el camino que vamos a tomar para llegar al objetivo, que es, primero, el de posicionar en la opinión pública a nuestro candidato, no sólo su imagen, también sus ideas y sus propuestas para que ellas se conviertan en votos, pero esto que le digo hoy es para empezar, es el diseño de la estrategia, pero sólo de comunicación política, aún falta más por comentar del cuarto de guerra.
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