IMPULSO/Gabriela Landetta
Toluca
“Un proyecto inicia siempre como un sueño y, en México, niños y jóvenes sueñan mucho, no hay nada imposible para ellos. Solo que al crecer y convertirse en adultos empiezan con las complicaciones”, consideró Roberto James, coordinador del área de Emprendimiento de la Licenciatura de Creación y Desarrollo de Empresas, impartida en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey, Campus Toluca.
Actualmente, esta carrera cuenta con 80 estudiantes desde primero hasta el noveno semestre y, a la fecha, ya se han graduado cinco generaciones, un total de 30 alumnos.
Una de las principales características que distingue a quienes cursan ahora la carrera es que una parte de ellos busca ser emprendedor, pero con causa, ver en qué pueden ayudar a otros con sus proyectos.
“Es un emprendimiento de doble corazón porque a esos emprendedores les tiene que ir bien con sus empresas para que también le vaya bien a la causa que quieran apoyar”, dijo el catedrático.
Destacó asimismo que existe una mayor conciencia social en los estudiantes del Tecnológico porque se dan cuenta de la realidad que vive el país y por eso tienen ese interés de ayudar a otras personas.
Dijo que, en general, en lugar de preocuparse de lo que hacen o no las autoridades, estos jóvenes tienen la actitud de decir “yo alumno puedo hacer esto” y lo hacen.
Mencionó que al menos 20% de los proyectos, en los que están participando alrededor de 16 alumnos de la carrera, tienen estas características. El resto no es que no quieran hacer lo mismo, solo que aún no determinan qué causa apoyar.
“Ya no se trata nada más de enseñar computación, que es parte del proceso, sino que es algo más: ‘yo te quiero ayudar para que tu problema lo puedes solucionar pero bien; si quiero ayudar en el proceso de educación de una escuela, tiene que ser con algo integral; si voy una vez es como una aspirina, necesito ir, regresar, ver resultados”, mencionó como ejemplo.
Sin embargo, aclaró que tampoco se trata de victimizar a las personas, sino de ayudarles a hacer las cosas, a que les vaya mejor y solucionen sus problemas de la mejor manera.
En ese contexto, Roberto James destacó que su papel más importante como director de esta carrera es la de creer. ” Y en segundo lugar orientar, saber qué necesitan, porque muchas veces el emprendedor es bueno en algunas cosas pero débil en otras”.
Manifestó al respecto que al emprendimiento siempre es bueno festejarlo y difundirlo a través de los medios de comunicación, para que más gente conozca los proyectos de los jóvenes, aun si algo falla y tienen que empezar otra vez.
“El emprendedor que fracasa va por otro y otro -proyecto-, porque el fracaso en el emprendimiento es aprendizaje; es gente que se atreve a hacer cosas distintas, es estar soñando y sacar adelante las cosas”, concluyó.
