IMPULSO/ Agencia SUN
España
Un cantante de hip hop español deberá cumplir una pena de tres años y medio de prisión por las letras de canciones en las que injuriaba y amenazaba al rey y varios políticos.
El Tribunal Supremo de España negó este martes el recurso de la defensa, y el hiphopero de 24 años Josep Miquel Arenas, conocido como Valtonyc, fue obligado a ingresar en prisión por unas canciones que publicó en internet en 2012.
En su disco, Valtonyc amenaza al rey emérito, Juan Carlos de Borbón: “Llegaremos a la nuez de tu cuello, ca…, encontrándonos en el palacio del Borbón, kalashnikov”, y a varios políticos del Partido Popular que gobernaban en su región, las Islas Baleares: “Queremos la muerte para todos estos cerdos”.
El joven se amparó en el ejercicio de sus derechos a la libertad de expresión y la creación artística, insistiendo en que “el lenguaje de la música rap es extremo, provocador, alegórico y simbólico”. El auto judicial, sin embargo, determina que “los referidos contenidos no quedan amparados por la libertad de expresión o difusión de opiniones invocada por el acusado”.
La sátira se ha convertido en una práctica peligrosa en España. Los tribunales han emitido en los últimos meses gran cantidad de condenas por delitos de expresión, lo que ha generado alarma entre especialistas en derechos humanos del país y la Unión Europea.
A principios de febrero, un joven de Jaén fue condenado a pagar 480 euros (500 dólares) por publicar en Instagram un montaje en el que fundía la cara de Jesucristo con la suya, y el cantante de una banda punk pagó otros 370 euros por gritar en un concierto “¡mucha policía, poca diversión!”.
La ley española es muy restrictiva con las amenazas y la defensa del terrorismo desde la época más sangrienta de ETA, la banda separatista armada que mató en España a más de 800 personas. El delito de enaltecimiento del terrorismo se endureció en 2002 para evitar que los terroristas que salían de prisión ofendiesen a sus víctimas, pero esta figura legal ha dado lugar a diferentes interpretaciones. A eso se añaden cambios legales para combatir el odio contra las minorías que también permiten interpretaciones muy estrictas.