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Ciudad de México
Una gran variedad de tamales y atoles son los protagonistas de la Feria del Tamal, cuya edición número XXVI se lleva a cabo hasta el cuatro de febrero como ya es tradición, en el Museo Nacional de Culturas Populares (MNCP).
Un total de 50 productores de diversas partes del país e incluso del extranjero ofertan 150 tamales diferentes envueltos en hojas de maíz y de plátano.
El director del MNCP, Rodolfo Rodríguez, destacó que un tamal y un atole son un excelente remedio contra el frío que se siente en la Ciudad de México, más en el marco de la celebración del Día de la Candelaria.
Al inaugurar la Feria del Tamal que año con año organiza la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas de la Secretaría de Cultura, Rodríguez indicó que esta celebración cierra los festejos de la Natividad y marca el inicio del ciclo agrícola.
Además de permitir la degustación de tamales de diversos estados del país, en el MNCP concluye la exposición “Venid a mirar. Y abrid el corazón a las cosas pequeñas. Nacimientos de tradición”, integrada por más de 220 nacimientos de la colección de Celia Chávez de García Terrés.
A nombre de los productores, María Amparo Trujillo de Tabasco señaló que esta feria es una gran oportunidad para mostrar la gran riqueza que tenemos en cada uno de los estados, ya que en todo México, desde el norte hasta la punta del sur, somos tamaleros.
Recordó que los tamales son una de tantas maneras de preparar el maíz, base de la alimentación en nuestro país, incluso hay vestigios de tamales que datan de antes de la tortilla.
Los asistentes a esta Feria del Tamal, dijo, tendrán la oportunidad de degustar la gran variedad que existe en cada Estado de este delicioso platillo, incluyendo los de pejelargarto, procedentes de Tabasco.
Los hay de todo tipo, desde los tradicionales verdes, de chile colorado, de mole y de cochinita pibil, hasta algunos más exóticos como los de pato, gusano de maguey, conejo, anca de rana, xoconostle con arándanos y el especial de Tlaxcala, que lleva chapulines y acociles.
Para los que prefieren las verduras, los hay de quelites con queso, verdolagas, frijoles, huitlacoche y hortalizas con queso de cabra, mientras que de otros países se pueden degustar los nacatamales de Centroamérica, las montucas de Honduras, que son tamales de elote tierno con pollo y achiote, o los venezolanos, llamados hallacas, que en ese país sólo se consumen en las fiestas decembrinas.
Corundas, uchepos y jahuacatas de Michoacán, el delicioso zacahuil de la Huasteca, los chanchamitos con costilla de cerdo, los vaporcitos de Yucatán y hasta nuevos sabores como el tamal patrio, que es dulce y tricolor, hecho a base de limón, coco y cereza, están listos para ser degustados.
Las bebidas no podían faltar, pues habrá una amplia variedad de atoles, desde el champurrado, el de monja, velo de novia y zarzamora, hasta sabores más elaborados como el de nuez, con cajeta y plátano, frutos rojos, calabaza, maracuyá y el llamado arrollo de luna con coco, nuez y durazno, así como chocolate caliente y aguas frescas como el pozol, el tascalate y la mistela caribeña.
Además de poder probar otros sabores que la cocina tradicional de nuestro país ofrece, la Feria del Tamal va acompañada de actividades complementarias como talleres y demostraciones en que los productores comparten algunos de sus secretos en la preparación de tamales con el público.
Este año se espera la asistencia de más de 65 mil personas a la XXVI Feria del Tamal, que estará abierta en horario de 10:00 a 20:00 horas hasta el próximo domingo cuatro de febrero en el Museo Nacional de Culturas Populares, ubicado en avenida Hidalgo 289, en el centro de Coyoacán. La entrada es gratuita. Fuente: Agencia SUN