Mateo Emiliano Carrillo Carrasco (I)
¡Qué rumbo tomamos los mexicanos este primero de julio!
La política es un arte humano de pasiones y acciones que permitan una mejor virtud del humanismo. La capacidad para construir el mundo que soñamos depende del recorrido de cada uno de nosotros, de pasar del miedo, al amor, de empezar a creer en nosotros mismos y de ser capaces de dejar nuestros demonios atrás, ser el cambio que queremos ver, pero, vamos a ver, ¿quién eres tú?
La política democrática tiene cuatro verbos: erigir, representar, deliberar y decidir, este último verbo de decidir ha sido usado en contra de una población inmersa a su suerte ante la política neoliberal, que ha producido más pobreza y desigualdad social.
Para poder hablar de justicia, se tendrá que solucionar estos dos ejes de desigualdad y pobreza, con base en acciones concretas bien focalizadas a una política de Estado, pero muy distante, ante un efecto de utopía.
El incremento de la corrupción e impunidad ante una población liquida y expectante a las acciones del poder público, nuestros gobernantes en su dimensión de apatía y distante a una población impregnada de elementos esénciales de pobreza, desigualdad social y desempleo masivo de más de un millón de empleos necesarios cada año y crecimiento del PIB %, lo menos, el 5%, ha sido tan visible que ha llegado al cinismo, con altos grados de impunidad que se mantiene como un mal endémico y vigente sin aparente avance para su solución.
La inseguridad campea desafiante dando pie a la insatisfacción social y donde los actos delincuenciales y la violencia crecen con rapidez.
La perversa e inconstitucional Ley de Seguridad Interior, que da carta de naturalización a la intervención de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública, recién aprobada por el Congreso y promulgada por el inquilino de Los Pinos, no resuelve la crisis de violencia e inseguridad que vive el país, es un serio riesgo para las garantías sociales y los derechos humanos, producirá abusos potenciales, es un mensaje inhibitorio que criminaliza la protesta social, hablamos de militarizar el país.
De no prosperar las impugnaciones ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación y si ésta determina su constitucionalidad, implica la suspensión de facto de derechos constitucionales contenidos en diversos artículos (1, 21, 6, 7, 29). Será el eje de violaciones y garantías de la Carta Magna, en la cual se consagra el respeto a los derechos humanos, referidos a la libertad de tránsito, a no ser molestados en su persona o propiedades y en la protección de datos personales.
Los problemas económicos que afectan a las mayorías no tienen visos de solucionarse con un magro crecimiento de la economía, que ronda el dos por ciento.
La problemática nacional, en enero entró de lleno el proceso electoral más grande en la historia del país y que amenaza con ser el más complejo en el que se disputarán 3 mil 406 cargos: tres elecciones federales, Presidente de la República, 128 senadores y 500 diputados. Podrán votar poco más de 87 millones de electores.
La campaña presidencial dará comienzo el 30 de marzo y concluirá el 27 de junio. Es de prever que el proceso, se desarrollará en un ambiente de cerrada competencia electoral.
Jóvenes apanicados sin esperanza por acciones del Estado
Veinticinco millones de jóvenes de entre 18 y 29 años podrán sufragar. De ellos, cerca de 14 millones lo harán por primera vez. Es un dato duro que conduce a pensar, de manera natural, que los jóvenes pueden decidir al ganador y a los perdedores de la elección.
El cómo lograr que los jóvenes se interesen en participar, será un gran reto para los partidos, pues, sobre todo, la generación millennial no asocia el voto con una fórmula de cambio y transformación de la realidad, y mantiene poca credibilidad y rechazo a la política y los políticos.
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