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¿Qué queda de los Illuminati en Ingolstadt?

IMPULSO/ Edición Web
México
“He escuchado que hay algunas reuniones aquí, pero dónde y cuándo, no tengo idea”, me dijo la hermana Anna, tomándose un tiempo para hablar sobre el tema.

“Creo que provienen de Francia, Inglaterra. Ingolstadt es el lugar de encuentro en Europa”.

Al trabajar en una librería frente a la colosal iglesia Liebfrauenmünster, Anna ve y habla con mucha gente. Ella cree que algunos son peregrinos Illuminati, que todavía llevan a cabo reuniones secretas en la ciudad alemana.

La idea de que citas clandestinas de Illuminati podrían estar teniendo lugar en la pequeña ciudad bávara puede parecer exagerada, pero Ingolstadt sí tiene una historia en torno a ellos.

La ciudad es el lugar de nacimiento de la sociedad secreta y se ha convertido en parte de su mito.

Fue el 1 de mayo de 1776 que Adam Weishaupt, profesor de derecho en la Universidad de Ingolstadt, fundó la Orden de los Illuminati, una organización secreta formada para oponerse a la influencia religiosa en la sociedad y al abuso de poder por parte del Estado fomentando un espacio para la crítica, el debate y la libertad de expresión.

¿Qué hay detrás de la obsesión de algunos con los Illuminati?

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Inspirado por los francmasones y los filósofos de la Ilustración francesa, Weishaupt creía que la sociedad ya no debía ser regida por las virtudes religiosas.

Quería crear un estado de libertad e igualdad moral donde el conocimiento no estuviera restringido por prejuicios religiosos.

Pero el conservadurismo religioso y político imperaba en Ingolstadt en ese momento, y el tema -enseñado en la universidad controlada por los jesuitas donde Weishaupt dio una conferencia- fue monitoreado estrictamente.
El grupo clandestino creció a más de 2.000 miembros en Baviera, Francia, Hungría, Italia y Polonia
Tras seleccionar personalmente a sus cinco estudiantes de derecho más talentosos, la red se expandió rápidamente y sus miembros difundieron los objetivos de iluminación de Weishaupt con enseñanzas radicales.

Al mismo tiempo crearon una elaborada red de informantes que daban cuenta sobre el comportamiento de las figuras estatales y religiosas en un esfuerzo para adquirir una gran cantidad de información que los Illuminati podrían potencialmente explotar.

Con la ayuda del prominente diplomático alemán Baron Adolf Franz Friedrich, Freiherr von Knigge, quien ayudó a reclutar logias francmasones para la causa Illuminati, el grupo clandestino creció a más de 2.000 miembros en Baviera, Francia, Hungría, Italia y Polonia, entre otros lugares.

“No mucha gente lo sabe”
En la ciudad donde todo comenzó, este peculiar legado sigue siendo poco conocido entre los residentes.

“No mucha gente lo sabe. Pero los Illuminati son parte de la historia de Ingolstadt“, me explica el periodista local Michael Klarner mientras estamos parados frente a la antigua Universidad de Ingolstadt, un edificio modesto, parecido a una iglesia, a pocos pasos de la librería de la hermana Anna.

“Weishaupt fue en muchos sentidos un revolucionario”, continúa Klarner. “Le gustaba la idea de enseñar a las personas a ser mejores seres humanos. Quería cambiar la sociedad, soñaba con un mundo mejor, con un mejor gobierno.

“Él comenzó los Illuminati con la idea de que todo lo que conocen los humanos debería ser enseñado”, añade,” algo que no estaba permitido aquí en la universidad “.

Los Illuminati fueron prohibidos y Weishaupt fue desterrado de Ingolstadt para vivir el resto de su vida en la ciudad alemana de Gotha, 300 kilómetros al norte.

Pero la idea de una sociedad secreta que se rebela contra el Estado ha capturado imaginaciones desde entonces, encapsuladas en teorías de conspiración elaboradas por aquellos que creen que los Illuminati nunca fueron realmente disueltos, una afirmación ampliamente desacreditada por los historiadores.

Aún así, los teóricos de la conspiración dicen que la organización ha estado trabajando de forma encubierta para subvertir la autoridad.

Se ha sugerido a los Illuminati como responsables de la Revolución Francesa, el asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy e incluso los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, y se han hecho famosos a través de libros y películas como “Ángeles y Demonios” de Dan Brown.

“Superconspiración”
“La teoría conspirativa de los Illuminati es lo que llamamos una ‘superconspiración’ o, básicamente, una conspiración que controla conspiraciones menores”, asegura el doctor Michael Wood de la Universidad de Winchester, un experto en la psicología de las teorías de la conspiración.

“La gente habla sobre los Illuminati, pero muchas veces es de una manera bromista o autoconsciente, casi burlándose de la idea de una conspiración global”.

Y todo esto comenzó en una modesta ciudad bávara que es mejor conocida como el escenario de la novela Frankenstein de Mary Shelley.

Escondida detrás de puertas de metal en el Stadtmuseum Ingolstadt (Museo de la Ciudad), encontré a la archivista de la ciudad Maria Eppelsheimer.

“Creo que es uno de los temas más interesantes que vemos aquí”, me dijo mientras repasaba una sección dedicada a la historia de Ingolstadt. Sacó uno de los libros más pequeños: Apologie der Illuminaten, una obra de 1786 escrita por Weishaupt en la que defendió la creación de los Illuminati poco después de su exilio de la ciudad.
Apologie der Illuminaten, una obra de 1786 escrita por Adam Weishaupt en la que defendió la creación de los Illuminati poco después de su exilio de la ciudad.

“Es una locura en lo que han convertido a los Illuminati”, decía al hojear las páginas del viejo manuscrito, “en lo que se ha convertido no tiene nada que ver con los Illuminati reales”.

Se pueden encontrar más palabras de Weishaupt en pequeños volúmenes escondidos en el vasto archivo de la ciudad. Es como si más de dos siglos después de su formación, siguieran siendo lo más escurridizos posible.

Pero hay algunas personas en Ingolstadt, como Klarner, que intentan sacar a relucir este inusual legado histórico: “Sabes que se cree que Frankenstein estuvo basado en la ciudad debido a los Illuminati”.

“Para la Revolución Francesa, ya había teorías de que había comenzado en Ingolstadt y que los Illuminati eran los padres intelectuales de la revolución. Esta es la razón por la cual muchos teóricos de la literatura creen que Mary Shelley sabía sobre Ingolstadt, y por qué estableció aquí a Frankenstein”.

Klarner realiza recorridos a pie sobre los Illuminati para educar a los visitantes sobre la relación del grupo con la ciudad.

“Por supuesto que hay algunos teóricos de la conspiración”, admitió, “pero podemos educarlos sobre cuál es la verdad y qué es una conspiración”.

Pese a lo que digan los libros de historia, para la hermana Anna el misterio alrededor de los Illuminati todavía atrapa la imaginación de la monja.

“Algunas personas han venido aquí y me han preguntado sobre las reuniones. Creo que hay algo aquí, pero qué exactamente, en qué casas, no sé”.