Noviembre 23, 2024
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El ingreso básico de Anaya

IMPULSO/Hernán Gómez Bruera

Uno de los pocos rasgos interesantes del engendro aliancista conformado por el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano -Por México al Frente- es la propuesta esgrimida por Ricardo Anaya de otorgar el Ingreso Básico Universal como estrategia para reducir la pobreza y la desigualdad, estimular el mercado interno y enfrentar el desempleo.

La renta básica, como se la conoce internacionalmente, es un ingreso pagado por el Estado como derecho de ciudadanía a cada miembro de la sociedad, tenga o no un empleo, sin tomar en consideración si es rico o pobre e independientemente de cuáles puedan ser sus otras fuentes de ingreso. Aunque en manos de los anayistas se trate de una propuesta electorera que busca rebasar a Morena por la izquierda, la idea de otorgar una renta básica a todas y todos los ciudadanos por el simple hecho de serlo merece ser discutida con seriedad, no descartarse de un plumazo por “populista” o argumentar simplemente que es inviable.

Cada vez son más las voces que se pronuncian por una renta básica: la UNAM lo ha planteado en El reclamo del Desarrollo, el Instituto Belisario Domínguez lo tiene incluido en su agenda, lo incorporó la Constitución de la Ciudad de México que entrará en vigor el año próximo y la CEPAL lo ha hecho parte de su estrategia y promovido activamente en México.

La propuesta de renta básica tiene muchas bondades: 1. Es una medida directa y eficaz contra la pobreza que permite reducir el gasto burocrático de los programas sociales existentes, además de enfrentar el problema del desempleo, que tiende a ser mayor con la creciente automatización. 2. Contribuye al desarrollo económico en tanto puede generar poder de compra entre los sectores más desfavorecidos de la población y dinamizar economías locales. 3. Es una propuesta incluyente y no discriminatoria porque beneficia a todas y todos los ciudadanos por igual, sin importar si son hombres, mujeres, jóvenes, indígenas, afrodescendientes, personas con discapacidad, etcétera. No deja de extrañar que el partido que Anaya presidió hasta hace unos días votó en contra de la renta básica cuando se discutió en la Constituyente de la Ciudad de México. ¿El argumento? Que se trataba de una medida populista. Interesante que hoy Anaya defienda esta propuesta con vehemencia. Será evolución política o mero oportunismo.

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