Encargados de despacho en la oposición
Julio Requena
Una reflexión muy oportuna ante el cambio de dirigencias nacionales en el PRD y el PAN, así como en el registro de sus aspirantes a la Presidencia de la República, es el nombramiento de verdaderos cuadros grises para afrontar el próximo proceso electoral del 2018, esto no es otra cosa que una estrategia para no robarle reflectores al aspirante azul, Ricardo Anaya, y a la futura candidata a la Ciudad de México, Alejandra Barrales.
Damián Zepeda, anterior secretario general y ahora dirigente nacional del PAN, en primera, sabe el manejo del partido, impulsó el proyecto personal de Ricardo Anaya y ahora no le va estorbar en su camino presidencial. De hecho, se ha convertido en un ‘administrador’ en lugar de un líder.
Manuel Granados Covarrubias, nuevo dirigente del PRD nacional, viene de un cargo administrativo con orientación jurídica, lo que lo pone como parte de los creadores de la Constitución de la Ciudad de México, sin embargo, se observa más como alguien que cuidará la espalda del actual jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera. Podría decirse que será interlocutor en la disputa de las gubernaturas restantes que estarán en juego en el 2018, pero muchos políticos adelantan que eso, ya lo dejó planchado la ex líder perredista.
En ese escenario, el único partido del Frente que conserva su dirigencia es Movimiento Ciudadano con Dante Delgado y podría hacer valer su experiencia política para sacar un mejor acuerdo ante sus recién nombrados interlocutores. Es claro que MC va por Jalisco, Veracruz, Tabasco y Campeche.
Estos nombramientos también ocasionan más ajustes, por ejemplo, en el sol azteca se nombran solo a tres mexiquenses: Julieta Camacho Granados, Iván Araujo y María de los Ángeles Sánchez Lira, lo que deja fuera del cobijo nacional a Octavio Martínez Vargas, quien desde la Secretaría de Asuntos Electorales pensaba buscar la candidatura del Frente en Ecatepec.
También es claro que si se materializa el Frente por México en el EDOMEX, ya tiene un candidato al Senado, que es el ex candidato a Gobernador, Juan Zepeda, formula que sería a completada por un personaje del PAN mexiquense.
La oposición ha perfilado su estrategia con encargados de despacho. El PRI todavía no ha mostrado sus cartas.
Algunos agoreros del ajedrez político dicen que a partir de enero se nombrará al exgobernador Eruviel Ávila Villegas como dirigente nacional, lo cual no puede verse como un premio si se le confiere el título de ‘encargado de despacho’; pero si lo nombran formalmente líder nacional, habrá un periodo de riesgo para el actual precandidato, José Antonio Meade, pues su única forma de demostrar importancia como político es resolver problemas y, si no los hay, será necesario crearlos para después resolverlos, sólo así podría ganarse un lugar en el siguiente sexenio.
A detalle: La aprobación del presupuesto para el 2018 implicó un gran nivel de consenso, gobernabilidad y cabildeo, dado que tiene sus aristas. En primer lugar, es el primer año del gobernador Alfredo Del Mazo Maza, periodo donde se exige sentar las bases de lo que será su sexenio. Segundo, es el último de la actual Legislatura donde todavía el PRI tiene mayoría en conjunto con sus aliados, quienes en el futuro podrían ir solos o contra el priismo, como es el caso de Encuentro Social que está en serias negociaciones con Morena.
Quién sabe si la próxima Legislatura el PRI cuente con la aplastante mayoría; posiblemente no. Por lo que este primer paso ha sido fundamental para poder trabajar y empezar a dar los resultados prometidos a los mexiquenses.
Cruz Roa Sánchez, presidente de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO), cargará durante este último año con la responsabilidad de sacar adelante las iniciativas que mande el Ejecutivo. De él será la responsabilidad de sacar con éxito todos los proyectos, basado en la gobernabilidad y la interlocución. Antes del presupuesto ya había concretado las modificaciones para la creación de las secretarías y otros ordenamientos necesarios para el nuevo sexenio.