Diciembre 25, 2024
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Caravana del Migrante se prepara para venir

IMPULSO/ Agencia SUN
Estados Unidos
Dejar el lugar de origen para iniciar una nueva vida en otro país, aprender otro idioma y distintas costumbres son la cotidianidad para 33.7 millones de hispanohablantes de origen mexicano que, de acuerdo con el Pew Hispanic Center, residen en Estados Unidos con la intención de dejar atrás la pobreza y mejorar su nivel de vida.
Hace 27 años, Braulio Monrroy, originario de Jalpan de Serra, Querétaro, decidió formar parte de las estadísticas y emigró a Estados Unidos. Actualmente vive en White-Pigeon, un poblado localizado en Michigan, a sólo dos horas de Canadá.
Cubierta de nieve, a causa de la primera nevada de este año, la casa de los Monrroy está en la periferia de esta localidad; su vivienda se asemeja a todas las de su vecindario: techo de dos aguas, dos o tres camionetas en el garage y calefacción para soportar las bajas temperaturas del invierno.
Condiciones diferentes a las de Jalpan de Serra, en la Sierra Gorda queretana, donde 58.8% de la población aún vive en pobreza, según el censo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) de 2015.

 

En 1991, Braulio dejó la comunidad de El Pocito para radicar en Florida, ciudad que cambió por Nueva York y, finalmente, por el estado de Michigan, donde reside actualmente.
“Probé aquí y me gustó mucho el trabajo de campo, la agricultura. Soy de rancho y entonces, le dije a un amigo: me gustaría trabajar aquí. En el (año) 91 me vine e invité a unos amigos a trabajar, también a mi papá, quien vivía aquí cerquita y después se regresó a México. Trabajé con unos tíos como supervisor de una compañía que sembraba tomates”, recuerda. Braulio acaba de regresar de Florida de una reunión de trabajo de la empresa familiar BMonrroy LLC, dedicada a contratar mano de obra agrícola para la empresa Montsanto. “La brinqué por el río”. Sus hijos son cinco: Braulio, el mayor de 23 años; Emmanuel, de 21; Daniel, de 18; Adrián, de 17, y el más pequeño, Uriel, de nueve años.
Su historia comenzó en 1993, cuando conoció a Heriberta, su esposa, también originaria de Jalpan, y quien un mes después de casarse ya residía en Estados Unidos.

“La brincamos por el río Bravo porque ella no traía papeles. La amarré a una llanta inflable y nos cruzamos el río. Yo tenía papeles, pero ella no. Fuimos a Nueva York, estuvimos ahí un año y medio y nos regresamos a Michigan en 1994, cuando nació Junior (Braulio), el más grande”, comenta.

En Michigan, la familia permaneció hasta 1998 con sus dos hijos mayores, hasta que decidieron regresar a México. Emmanuel tenía apenas seis meses. En 2008, 10 años después, Braulio ingresó una aplicación para que sus cinco hijos obtuvieran la residencia estadounidense.

“Fue un constante ir y venir al inicio porque no sabía dónde quedarme. Mi meta era que aprendieran el inglés; yo lo veía en mi negocio. A veces es más difícil si no dominas bien el idioma, pero yo decía, yo quisiera que ellos aprendieran el inglés y que pudieran negociar mejor que yo. Esa mi meta era al inicio (…) El sueño del papá para sus hijos es que sean mejores que uno porque yo tuve una oportunidad de tener un trabajo como éste. Empecé con poca gente y he llegado a tener hasta 400 personas a mi cargo”, reitera Braulio.

La travesía. Desde hace ocho años, los Monroy se disponen a prepararse para participar en la Caravana del Migrante que reúne cada fin de año, en Laredo, a migrantes queretanos (y de otros estados) venidos de todo Estados Unidos, quienes desde esa ciudad ingresan a territorio mexicano en grupo para evitar los peligros de las carreteras y poder llegar sanos y salvos a sus comunidades de origen donde pasarán la Navidad y el año nuevo.
El viaje que les espera inicia este lunes, es de poco más de cinco días y más de tres mil kilómetros. La primera parte del itinerario, dentro de EU, contempla los estados de Illinois, Tenneesse, Arkansas y Oklahoma hasta llegar a Laredo el jueves 14 de diciembre, donde la Caravana se reunirá antes de ingresar a México.
Ésta es organizada por el gobierno de Querétaro, el Congreso local, la diócesis de Querétaro, los gobiernos de Jalpan y Pinal de Amoles y la Asociación Migrantes Unidos en Caravana, entre otras instancias
La familia debe apresurarse antes de que caiga la tormenta de nieve, prevista para este lunes, y poder alcanzar a los demás migrantes en la frontera con México para una vez ahí continuar el viaje hasta Jalpan.

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