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INAH y Embajada de EEUU con proyecto para preservar la Tumba de Pakal

IMPULSO/ Edición Web
México
Se harán estudios y un diagnóstico en los estucos de la tumba, y la conservación integral de las cubiertas de las casas A,B,C,D y E del conjunto arquitectónico conocido como El Palacio.
La Secretaría de Cultura, por conducto del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en colaboración con la Embajada de Estados Unidos en México, llevará a cabo un proyecto de conservación en la Zona Arqueológica de Palenque, situada en la Selva Lacandona en el estado de Chiapas, México.
El proyecto desarrollará estudios y diagnóstico en los estucos de la Tumba de Pakal, ubicada en el Templo de las Inscripciones, considerado el monumento funerario más importante del continente americano, así como acciones de conservación integral de las cubiertas de las casas A,B,C,D y E del conjunto arquitectónico conocido como El Palacio.
Durante el anuncio del apoyo financiero de 500 mil dólares, otorgado por el Fondo de Embajadores del Departamento de Estado para la Preservación Cultural al INAH, el antropólogo Diego Prieto Hernández, director general del instituto, agradeció la generosa contribución de la embajada y señaló que “su aportación habrá de reflejarse en los trabajos que se han planteado para beneficio de Palenque, en particular, y del patrimonio cultural de todos los mexicanos, en lo general.

En la ceremonia, que se realizó en la plaza central de la Zona Arqueológica de Palenque, también estuvo Roberta Jacobson, embajadora de los Estados Unidos de América en México, Liliana Giorguli Chávez, coordinadora nacional de Conservación del Patrimonio Cultural; los restauradores del proyecto Haydeé Orea Magaña y Paula García Reyes, y el arqueólogo Arnoldo González.

La relevancia de este proyecto de conservación radica en el rescate y mantenimiento de elementos arquitectónicos y artísticos de una las ciudades más importantes de la civilización maya de la región mesoamericana, caracterizada por su bien definido y articulado sistema de planificación urbanística, y por haber sido un importante sitio de uso ritual y sede de la noble dinastía a la que pertenecieron el gobernante Pakal y la Reina Roja.
El titular del INAH informó que en los siguientes tres años esta iniciativa centrará sus propósitos en dos líneas de actividad: En la primera se desarrollará la investigación y monitorización de la cámara funeraria de Pakal, recinto mortuorio de uno de los dirigentes más poderosos y emblemáticos que dejaron honda huella en esta urbe. “Allí, se podrá recabar información necesaria para tomar decisiones pertinentes y desarrollar acciones preventivas y correctivas de conservación de los magníficos estucos modelados que decoran las paredes, los cuales representan a los Nueve Señores que debían acompañar al dirigente a su viaje al inframundo”.
En la segunda línea se efectuarán acciones correctivas de conservación en las cubiertas de las casas A, B, C, D y E de la estructura arqueológica conocida como El Palacio, que además de repercutir positivamente en la estabilidad estructural de dichos elementos arquitectónicos, permitirá eliminar las filtraciones de agua que afectan negativamente a los estucos, y a los elementos epigráficos y decorativos integrados en el conjunto arquitectónico.

La embajadora Roberta Jacobson, tras referir que tiene una afinidad con el área maya desde la época en la que cursaba su doctorado, indicó que el Fondo de Embajadores del Departamento de Estado para la Preservación Cultural y la Embajada de Estados Unidos se enorgullecen en otorgar 500 mil dólares al INAH; dicho fondo otorga apoyos para el cuidado del patrimonio cultural en el mundo. Desde su creación en 2001, ha otorgado más de 800 apoyos en 125 países.

La representante de Estados Unidos en México destacó que esta contribución en favor de la preservación del patrimonio cultural de nuestro país, mostrará que la relación entre ambas naciones continúa más fuerte que nunca en muchas áreas, como lo son la educación y la cultura.
Por su valor arquitectónico, artístico e histórico, la Zona Arqueológica de Palenque cuenta con dos designaciones especiales: la primera, de carácter nacional, como Zona de Monumentos Arqueológicos, declaratoria emitida en julio de 1981, y la segunda, de rango internacional, como Patrimonio Mundial, declarada por la UNESCO en diciembre de 1987.
Palenque muestra múltiples signos de deterioro, algunos de los más significativos son apreciables en el conjunto de El Palacio y sus acabados, que han sufrido una constante degradación y pérdida de materiales a causa de factores externos, como el medio ambiente y a las características propias de los materiales constitutivos.
Por otro lado, y desde su descubrimiento, se han realizado diversas acciones de conservación en la Tumba de Pakal, sin embargo en la actualidad varios factores, incluidos los cambios en las condiciones climáticas locales y de uso de suelo, la subsecuente deforestación, y el envejecimiento natural de los materiales, entre otros, ha provocado un estado de degradación que pone en riesgo su estabilidad futura.
Es por ello que el proyecto se enfocará en dos propósitos: generar estabilidad en todos los elementos arquitectónicos y decorativos de El Palacio —uno de los conjuntos más emblemáticos de la ciudad, con pinturas murales, relieves de estuco y esculturas de piedra—, y elaborar un diagnóstico general de la Tumba de Pakal para definir acciones de conservación a ejecutarse en una segunda fase.

La conservación de las cubiertas de varias estructuras de El Palacio y el estudio de la Tumba de Pakal constituyen un medio para asegurar la preservación de testimonios únicos sobre esta civilización. Las acciones y resultados de este proyecto serán una gran contribución científica y académica a nivel nacional e internacional, porque la Zona Arqueológica de Palenque funciona como centro de investigación en áreas como la arqueología, conservación, antropología, historia, epigrafía, entre otras, y el deterioro de este sitio significaría una merma invaluable para la humanidad.

Dado que este sitio arqueológico representa en su totalidad la riqueza del patrimonio natural, material e inmaterial asociado a las culturas indígenas de la región, el proyecto buscará recuperar las técnicas tradicionales de construcción autóctonas mediante el uso de materiales locales, lo que significa que serán sostenibles al estar ya adaptados al medio. También se estrecharán los lazos sociales entre las comunidades locales, debido a que se buscará la colaboración y corresponsabilidad de las poblaciones vecinas con este patrimonio, y adicionalmente se requerirá personal de la región, del que se aprovecharán sus conocimientos técnicos para este propósito.

El proyecto cuenta con un financiamiento aprobado de $500.000.00 dólares, que serán otorgados al INAH durante tres años —desde enero de 2018 hasta diciembre de 2020—, por conducto de la Embajada de Estados Unidos en México; en el proyecto se incluyen los recursos requeridos para acciones de investigación, restauración y conservación, así como para sufragar lo necesario para la transportación, hospedaje y alimentación de los participantes en el proyecto.
Los trabajos estarán a cargo de un equipo multidisciplinario, integrado por especialistas del INAH en restauración, arqueología, arquitectura, química, entre otras disciplinas, provenientes de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural y del Centro INAH Chiapas, principalmente.

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