Mipymes: factor de reactivación económica
IMPULSO/ Carlos Guitián Berniser
La mayor parte de los negocios pequeños de Estados Unidos emplean menos de 100 personas, pero el 86% emplea menos de veinte y otro 11% ocupa entre 29 y 99 personas, al tiempo en que son una fuente importante de nuevos empleos y han llegado a cubrir el 38% de todos los puestos de trabajo en los sectores de alta tecnología de la economía. Según un análisis de los especialistas estadounidenses en administración, Ricky Griffin y Ronald Ebert (2015), las empresas pequeñas suministran el 55% de las innovaciones que llegan al mercado estadounidense, ello en un contexto en el que los grupos industriales más importantes que abarcan negocios pequeños se encuentran en los servicios, en la construcción, ventas al mayoreo, transporte y manufactura.
En México, de acuerdo a los resultados del más reciente Censo Económico llevado a cabo por el INEGI, en nuestro país hay aproximadamente cuatro millones de empresas, el 99.8% de las cuales son Mipymes que generan el 52% del Producto Interno Bruto (PIB) y el 72% del empleo en el país, de allí se desprende la importancia de impulsar el desarrollo de micro y pequeñas empresas para que participen activamente en el mercado como alternativa de incorporación a la esfera productiva nacional.
Ahora bien, el punto de partida para todo nuevo negocio es precisamente elaborar un plan de negocios en el que el emprendedor resuma la estrategia mercantil para la nueva empresa y muestre cómo será implementada en una dinámica en la que la utilidad real en el plan referencial es que, en el acto de preparación, se debe desarrollar la idea del negocio y pensar cómo echar a andar la nueva empresa antes de invertirle tiempo y dinero. Primero, a juicio de Griffin y Eberrt (2015), es necesario establecer metas y objetivos porque un plan de negocios establece la equivalencia entre las destrezas y habilidades de los futuros empresarios y los requerimientos para producir y comercializar algún producto en particular; asimismo, define las estrategias de producción y comercialización, los elementos legales y la organización, la contabilidad y las finanzas en un contexto en el que es prioritario contestar las interrogantes de cuáles son las metas y los objetivos, qué estrategias se utilizarán y cómo se implementarán
Cabe precisar que para trazar un pronóstico de ventas se debe contar con una comprensión lo más profunda posible del mercado común, de las fortalezas y debilidades de las empresas ya existentes y del significado que la nueva empresa tendrá como competencia. El éxito depende de identificar una oportunidad genuina, pero también del conocimiento del mercado y de contestar las siguientes preguntas: ¿Quiénes son mis clientes?, ¿dónde están?, ¿qué precio pagarán por mi producto?, ¿qué cantidad comprarán?, ¿quiénes son mis competidores?, ¿en qué difiere mi producto de los de mis competidores?
Al interior de este panorama, podemos contemplar la importancia de la elaboración de un plan de negocios para todas aquellas personas que quieran invertir en un proyecto productivo del sector servicios, mismo que requiere de conocimiento de métodos para su elaboración, integración y puesta en práctica. Finalmente, es esencial subrayar que un plan bien articulado es el punto de partida para conseguir financiamiento para su implementación práctica, ya sea de organismos públicos o instituciones financieras privadas. Por lo mismo, no sobra decir que, en el caso concreto del Estado de México, el Instituto Mexiquense del Emprendedor (IME) tiene como propósito impulsar el desarrollo de nuevas empresas y la capacidad de conseguir el capital requerido para comenzar a trabajar.
No obstante, un requisito fundamental es contar precisamente con el plan de negocios respectivo, uno que contemple el análisis de todas las características antes mencionadas, el cual que puede ser desarrollado por los propios emprendedores utilizando las TIC para consultar métodos de ágil aplicación que conduzcan a los resultados proyectados.
