IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad De México
Referentes del acordeón y la música norteña en México y Estados Unidos, los Tigres del Norte no sólo se han caracterizado por hacer temas convencionales sino que han abordado asuntos controversiales de la sociedad y política mexicana a lo largo de sus casi 50 años de carrera.
Viernes y sábado la agrupación —integrada por los hermanos Jorge, Eduardo y Luis Hernández, además de un primo, Óscar Lara— realizará un recorrido por todos sus éxitos al presentarse nuevamente —a las 20:30 horas— en el Auditorio Nacional.
En su repertorio se encuentran canciones de varios géneros, desde cumbias hasta lánguidas baladas de amor, tipo bolero. Pero probablemente sean mejor conocidos por sus corridos, un polémico estilo tradicional de la canción narrativa mexicana que, por lo general, habla sobre un tema o figura, política o social.
Entre estos relatos musicales encontramos “Muerte anunciada”, que algunos adjudican al narcotraficante colombiano Pablo Escobar; también, “El Jefe de jefes”, en la que, se presume, se relata el poder y la influencia que tenía el mexicano Miguel Ángel Félix Gallardo.
“Los Tigres del Norte defienden el género de corrido porque, dicen, nace del pueblo. Ellos siguen rugiendo no sólo en temas polémicos sino otros en apoyo a las minorías, como en el caso de los migrantes.
Los también llamados Jefes de jefes cerrarán este 2017 en Guatemala, luego de ofrecer conciertos en algunas ciudades de México, por todo el territorio estadounidense e incluso algunas localidades de Colombia.
“Ninguno de nuestros shows se ha visto afectado por la política migratoria de Estados Unidos”, mencionó la agrupación en su sitio web ante las políticas del presidente Donald Trump. “Nuestro llamado es a mantenernos más unidos que nunca, a mantenernos fuertes y a cuidarnos como hermanos latinoamericanos”, reiteraron en un comunicado.
No es la primera vez que la agrupación se ha adentrado al debate nacional sobre la reforma migratoria en Estados Unidos. Cuando Arizona aprobó una legislación restrictiva en 2010, Los Tigres fueron de los primeros en convocar un boicot. También filmaron anuncios de servicio público que incitan a los latinos a registrarse para votar.
Fue en su primer viaje al país vecino cuando un agente de inmigración les preguntó por el nombre del grupo, el cual aún no existía; el agente migratorio, al verlos tan jovencitos, los llamó: little tigers —tigrillos, en español—, pero al ver su ímpetu y sus ganas por triunfar, los bautizó como Los Tigres del Norte.
Varias de las canciones abordan directamente los desafíos que enfrentan los migrantes.
Otras son sobre las dificultades que surgen una vez que han llegado a aquel país.
El reencuentro de los hermanos. Las vísperas navideñas reunieron hace unos días a los hermanos Hernández. Un momento conmovedor y nostálgico, luego de que Raúl Hernández dejará la agrupación en 1995, para lanzarse como solista.
Los Tigres volvieron a verse juntos en un escenario, cuando Raúl, “El tigre solitario” se unió a sus hermanos para interpretar tres canciones en un concierto en el Palenque de Culiacán el 19 de noviembre pasado. La separación de los hermanos no se debió a ningún conflicto personal sino a la intención de Raúl por probar suerte, por lo que se espera que no sea la única vez.