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Econometrix

IMPULSO/ Carlos Guitián Berniser
Contrastantes proyecciones económicas

Destacan los Criterios Generales de Política Económica 2018 que la información disponible conduce a incrementar la estimación de crecimiento económico para 2017, de un rango entre 1.5 y 2.5% a uno que va de 2.0 a 2.6%, consistente con las expectativas del sector privado, al tiempo que la economía mexicana ha mostrado resistencia y un crecimiento sostenido y balanceado ante un panorama externo que, si bien muestra señales de una recuperación económica global más sincronizada, aún presenta riesgos a la baja.
De igual manera, las autoridades hacendarias consideran que “las reformas estructurales han complementado la conducción responsable de la política económica y ayudan a explicar el desempeño positivo que ha experimentado la economía de nuestro país en un entorno externo tan complejo, ya que detonan inversiones, fomentan la productividad y la competitividad y generan una estructura económica más flexible para enfrentar retos internos y externos”. En consecuencia, anticipan una aceleración de la actividad económica en 2018, con un rango de crecimiento de entre 2.0 y 3%, que incluye una expansión más equilibrada entre los sectores que componen la economía, una disminución en la incertidumbre proveniente del exterior y el impacto positivo de la implementación exitosa de las reformas mencionadas.
En contraste, un análisis de Bank of America (BofA) Merrill Lynch asegura que el proceso para renovar la Presidencia mantendrá niveles altos de incertidumbre, ello en un momento en que la economía mexicana se desacelera a consecuencia de políticas restrictivas. En ese contexto, estiman que, en este 2017, el PIB tendrá un crecimiento de 1.9% y de 1.6% en 2018, una vez incorporado el efecto de la desaceleración esperada en el tercer trimestre del 2017, después de los terremotos, más la esperada aceleración por las reconstrucciones.
Al respecto, el economista en jefe para México y Canadá de Bank of America Merrill Lynch, Carlos Capistrán, señala que “esperamos que el PIB se desacelere por las políticas fiscales y monetarias restrictivas y también debido a la incertidumbre en relación con las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pero, aunque es posible la salida de Estados Unidos del tratado, es más probable que las negociaciones se alarguen”.
En el contexto interno, el análisis de BofA refiere que el riesgo principal a la baja es una desaceleración económica más pronunciada de lo esperado, esto debido a la alta inflación y las políticas restrictivas referidas, todo en una dinámica en la que persiste el riesgo de la baja producción de petróleo y se avizoran niveles altos de incertidumbre generada por el proceso electoral.
En ese sentido, existe la posibilidad de que el crecimiento del PIB se desacelere a 1.6% el siguiente año debido a las variables antes mencionadas, al igual que por el escenario de incertidumbre generada por la negociación del tratado. En conclusión, si nuestro país requiere tasas de 6 ó 7% del PIB para garantizar la creación de un millón de empleos y en el panorama se vislumbra un crecimiento de solamente 1.6% para el año entrante, hay una elevada posibilidad de que la economía mexicana continúe con el lento proceso de crecimiento, que más bien parece estancamiento; lo cierto es que, si se prolonga el clima adverso de referencia, México podría entrar en recesión.

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