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Brasil
Al menos seis niños murieron y decenas resultaron heridos en una guardería del estado brasileño de Minas Gerais durante un incendio provocado por el vigilante del centro, quien falleció horas después, informaron fuentes oficiales.
La tragedia se produjo en el municipio de Janaúba, cuando el guardia que custodiaba el Centro Municipal de Educación Infantil Gente Inocente fue a hablar con la directora de la institución, arrojó un líquido inflamable sobre los niños y sobre él mismo y prendió fuego.
Según fuentes de la policía de Minas Gerais, al menos cuatro niños de entre 4 y 6 años murieron en el incendio y también el autor del crimen, identificado como Damião Soares dos Santos, de 50 años.
Además, una veintena de personas, entre menores y adultos, resultaron heridas, algunas de gravedad, y fueron trasladadas a hospitales cercanos.
El sospechoso, que supuestamente sufre un trastorno mental, tuvo quemaduras graves en todo el cuerpo y falleció la tarde del jueves.
En una entrevista a un periódico local, el teniente Diego Prates, del séptimo batallón de los Bomberos, ha afirmado que, según los testigos, el autor del incendio entró con un galón de gasolina o alcohol, y que “a continuación salió abrazando a la gente, para que todos se incendiaran”.
“Es una tragedia cometida por una persona perturbada, un enfermo. Ya presentaba problemas mentales en 2014”, ha declarado el delegado de la Policía Civil, Renato Nunes, al diario Hoje em Dia
¿Por qué quemó a los niños de la guardería?
Soares trabajaba en la guardería desde 2008 y las autoridades investigan las causas por las que el empleado decidió prender fuego a los menores.
De acuerdo con las primeras investigaciones, recogidas por medios locales, Soares podría haber premeditado el crimen, ya que la Policía encontró varios barriles con gasolina en el interior de su vivienda.
La Policía Civil sospecha que el empleado escogió una fecha “simbólica”, pues el crimen fue cometido el mismo día en el que su padre falleció tres años atrás.
Según días antes de que la tragedia ocurriera había dicho a sus familiares, coincidiendo con el aniversario de la muerte de su padre, que les haría un “regalo” y que él fallecería.
El presidente brasileño, Michel Temer, lamentó “inmensamente” la tragedia y dijo esperar “que esas cosas no se repitan en Brasil”.
“Soy padre e imagino que esta debe ser una pérdida muy dolorosa”, afirmó el mandatario, quien también transmitió su “solidaridad” a los familiares de las víctimas.