IMPULSO/ Julio César Zúñiga Mares
Toluca
Tercera y última
Estudios de la UNAM y la UAEM colocan a la entidad como una de las que más actividad volcánica y sísmica tienen, lo que afecta prácticamente todo su territorio, poniendo en riesgo a gran parte de la población y sus actividades económicas.
La idea gubernamental de que la zona poniente del Estado de México donde se localiza el Valle de Toluca es más resistente a los sismos por contar con un subsuelo rocoso uniforme se derrumbó, quedó sólo como un mito, según da a conocer la Facultad de Geografía de la Universidad Autónoma del Estado de México, que realizó un estudio utilizando tecnología de punta y mediante el tratamiento digital de imágenes de satélite de radar y multiespectral.
Mediante un estudio denominado “Caracterización de las Regiones Tectónicas del Estado de México a través de la Aplicación de Geotecnologías”, hizo un diagnóstico sísmico mediante el cual demuestra que la capital mexiquense es una de las entidades donde la actividad tectónica es más intensa, reciente y activa, dado que se localiza en la región central del país y particularmente dentro de la zona núcleo del Sistema Volcánico Transmexicano, razón por la que la actividad volcánica y sísmica afecta prácticamente todo su territorio, poniendo en riesgo a gran parte de la población.
El documento muestra que el Estado de México se encuentra sobre grandes fallas conocidas como cizallamientos, estrechamente ligadas a la tectónica de placas, en particular con la Trinchera Mesoamericana y la Placa de Cocos, desde donde cruzan la República con una orientación suroeste-noreste, de lado a lado por cuatro de estos grandes cizallamientos, a los que se asoció en gran parte el sismo de 1985.
Otra falla importante es el cizallamiento que cruza desde la localidad de Palma Chica, Michoacán, y que cruza en forma de arco las localidades de Zacazonapan y Santo Tomás de los Plátanos para finalmente pasar junto a Amanalco y seguir hasta la ciudad de Toluca y la Sierra de Guadalupe, en el valle de México, atravesando también la Sierra de Monte Alto.
Además, el Nevado de Toluca se convierte en un vértice tectónico donde coinciden tres sistemas de fallas norte-sur, este-oeste y sureste-noroeste, casi al igual que con el volcán Popocatépetl. La primera coincide por completo con la falla o sistema de fallas Taxco-San Miguel, que es delatada por el sistema de barrancas, la sismicidad y el alineamiento de otros edificios volcánicos.
A esta lista se han agregado otros volcanes igualmente peligrosos como el de Jocotitlán, la Triple Caldera de Zitacuaro-Villa de Allende y el Volcán de San Agustín en Temascalcingo, así como campos de pequeños volcanes cineríticos como los ubicados al pie de la Sierra de Tres Cruces dentro del Valle de Toluca, los peñones del Valle de México, la Sierra de Tenango-Joquicingo y la Sierra del Campanario en los límites con Michoacán.
También se describen las grandes morfoestructuras de la entidad, lo que evidencia más fallas pequeñas y sistemas de fracturas. Por otro lado, explica la teoría de los grandes arcos tectónicos, donde se manejan gigantescos conjuntos de fallas y fracturas de orientación oeste-este, a manera que abarcan grandes secciones del Sistema Volcánico Transversal.
Un caso especial recientemente estudiado por investigadores tanto de la UNAM como de la UAEM es el de las condiciones geológicas y tectónicas del Volcán Jocotitlán, considerado actualmente como muy activo por su sismicidad local, por sus manifestaciones hidrogeológicas y geotérmicas, todo agravado por la actividad minera que se desarrolló en el Municipio de El Oro y la sobreexplotación de los mantos freáticos.
Este diagnóstico, con la inminencia de un sismo de fuertes dimensiones en la llamada Brecha de Guerrero, y por la energía acumulada en la falla de Acambay, que puede colapsar de un momento a otro, hace imprescindible reflexionar sobre la importancia de contar con un Sistema Estatal de Alerta Sísmica o Red Acelerográfica del Estado de México, conectada al Sistema de Alerta Sísmica nacional.
John Adams, segundo presidente en la historia de los Estados Unidos, dijo que un Poder Legislativo representativo debería ser un retrato exacto en miniatura del pueblo en toda su amplitud y pensar, sentir, razonar y actual como él. En todas las zonas afectadas por los sismos registrados en lo que va del mes, inmediatamente y sin previo aviso, la acción popular rebasó la reacción gubernamental, además de que llegó a los lugares siniestrados a prestar su ayuda solidaria. Los rescatistas brotaron de todas partes. El auxilio se presentó desde los primeros minutos, sumándose después soldados, marinos y policías. Ahora toca a los integrantes de esta legislatura local aprobar las leyes que permitan la creación de sistemas de prevención de desastres naturales en el Estado de México.
Es por ello que en la entidad se debe tener presente que la impotencia y el dolor causados por la muerte de seres humanos y la pérdida del patrimonio entre la población puede generar mucho dolor, tristeza, reclamos y, sobre todo, un encono perdurable contra sus autoridades.
La entidad mexiquense se ubica en la zona núcleo del Sistema Volcánico Transmexicano, razón por la que la actividad volcánica y sísmica afecta prácticamente todo su territorio.
Otra falla importante es el cizallamiento que cruza desde la localidad de Palma Chica, en Michoacán, y que cruza en forma de arco las localidades de Zacazonapan y Santo Tomás de los Plátanos para finalmente pasar junto a Amanalco y seguir encubierta hasta la ciudad de Toluca y la Sierra de Guadalupe, en el valle de México.
El Nevado de Toluca se convierte en un vértice tectónico donde coinciden tres sistemas de fallas norte-sur, este-oeste y sureste-noroeste, casi al igual que con el volcán Popocatépetl.