IMPULSO/ Ángel Díaz del Río
Recuento de daños
Seguramente, esta semana la dedicará el gobernador Alfredo Del Mazo a seguir visitando los municipios afectados, aunque prácticamente ya estuvo en todos los que resultaron más dañados y no es poco,, el sismo del 19 de septiembre dejó una estela de daños incalculables en el Estado de México.
Pero tiene razón el mandatario estatal, en estos momentos, lo más importante es hacer un censo para conocer a detalle cuántos inmuebles, casas-habitación, escuelas, iglesias y edificios administrativos, quedaron dañados como consecuencia del movimiento telúrico, hay que saber cuántas personas quedaron sin casa y cuáles son los grados de afectación porque habrá algunas que sólo cambiando las láminas del techo o levantando uno o dos muros ya quedan nuevamente habitables, como también habrá muchas que daban ser demolidas en su totalidad.
Eso, poco a poco, se sabrá porque, mire usted, amable lector, tan sólo en Ecatzingo, ya le decíamos la semana pasada que es un pueblecito minúsculo de apenas unas mil 200 casas, 700 de ellas quedaron prácticamente inhabitables, cien más muestran daños menores y el resto serán vigiladas con lupa para conocer su situación. Ecatzino quedó prácticamente destruido porque sus casas, en la mayoría, son construcciones muy viejas de adobe.
Así que al gobernador Alfredo Del Mazo le esperan días muy largos y claro, a su equipo de trabajo y a miles de trabajadores de Gobierno que se han sumado con gusto a la recepción y entrega de víveres, a la búsqueda de sobrevivientes y a la remoción de escombro, sobre todo a llevar un mensaje de solidaridad, de hermanamiento y de apoyo.
La respuesta de los trabajadores de las diferentes secretarías del Gobierno Estatal ha sido emocionante, por decir lo menos, no han escatimado esfuerzos, tiempo, ni hambre o sed; algunos han pasado muchas horas seguidas en los lugares de desastre, asombrados por todo lo que hay qué hacer y tanta gente desvalida, ésos son unos verdaderos héroes mexiquenses anónimos.
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Ayer, el presidente Enrique Peña, acompañado por Alfredo Del Mazo, visitó Joquicingo, allí pidió atender en unidad la emergencia y a la población no dejarse engañar por noticias falsas en redes sociales. Se comprometió a aplicar un programa de vivienda nueva para ayudar a las familias afectadas.
También ofreció recursos para la reconstrucción de dos templos católicos del lugar y un presbiteriano, así como a comercios dañados.
Alfredo Del Mazo le informó que ya inició el censo para determinar los apoyos a la población y anunció un programa de empleo temporal.
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Hay que reconocer que Andrés Manuel fue el primero que lo ofreció, en malos términos y quizá un tanto demagógicamente, pero lo hizo, lo siguió el PRI, que primero estudió la legislación electoral y vio la factibilidad de hacerlo sin brincarse normas y preceptos legales. Al final salieron los integrantes del Frente Opositor a decir que ellos donaban todo para que se integre al Fondo de Reconstrucción.
No dijeron si se referían a sus prerrogativas del presente año, a los recursos que recibirán para la campaña de 2018 o a las prerrogativas del próximo año, deben aclararlo.
Pero el clamor popular es que se eliminen de un plumazo todos los recursos destinados a los partidos políticos para las campañas de 2018 y, mire usted, amable lector, tan sólo con que eliminen los onerosos gastos que destinan para los promocionales en medios electrónicos, con eso estaríamos más que servidos. Terminan por convertirse en un dolor de cabeza y nadie les hace caso porque los mensajes, cuando no son agresivos, son insulsos y carentes de idea o de propuesta, no sirven para nada. Todo ese dinero en el Fondo de Desastres serviría, en cambio, de mucho.
