IMPULSO/ Fernando Rubio Quiroz
Toluca
La tarea más importante de la política no es buscar culpables ni descalificar al adversario, el secreto del éxito en la política radica en encontrar coincidencias.
En las últimas semanas, la prensa, analistas políticos y diversos actores involucrados en la política del país se han encargado de cuestionar el Frente Ciudadano por México.
Hasta cierto punto, la postura que encuentra eco en la opinión pública tiene sentido, se sigue pensando que la política se trata de enfrentar ideas, de debatir posturas en donde alguna u otra termina por ponerse sobre las demás.
Más allá de eso, siguiendo el pensamiento de Aristóteles —uno de los filósofos más prominentes que ha visto el mundo—, señalaba que: “Toda asociación no se forma sino en vista de algún bien, […] el bien más importante de todos los bienes es el más importante para toda asociación”, ése es precisamente el Estado, traducido en el bien común a lo largo de la historia.
En ese punto concuerdo con Aristóteles, no hay bien mayor de toda asociación que el bien común. Si el Frente Ciudadano por México ha sido tan criticado es porque quienes lo critican aún buscan el disenso, pero no han puesto en tela de juicio aquellos puntos de coincidencia que encierran un bien mayor.
El PRD desde hace algunos años ha apostado por retomar una postura poco entendible y debatible en el país, pero que sin duda no encuentra disensos y se centra no el presente inmediato, sino como acción en el ahora para construir un futuro mejor.
¿Por qué alguien se opondría al cuidado del medio ambiente?, cómo pensar en un México próspero, sin pobreza, sin desigualdad, sin las terribles consecuencias de los fenómenos naturales como los que nos enfrentamos hace unos días —un temblor de gran magnitud y tres huracanes con gran poder destructivo— sino procuramos la resiliencia de nuestros municipios y nuestras comunidades.
En varias entrevistas he sostenido que el desarrollo sustentable es una postura que ha arropado el PRD, pero no por tratarse únicamente del cuidado de los animales y plantas, sino porque más allá de ese falso debate, el desarrollo sustentable se trata del futuro de México.
En los últimos 100 años, la continuidad económica ha tenido como base el petróleo y, si continuamos con una economía petrolizada, nuestro país perderá la oportunidad de prosperar, pues se calcula que las reservas de petróleo apenas alcanzarán para los próximos 12 años; nuestros compromisos internacionales nos obligan a desacelerar la producción y explotación de hidrocarburos, entonces, ¿por qué no despetrolizamos la economía y acercamos nuevas formas de sostener nuestra producción nacional?