IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
Da la casualidad cósmica de que la distancia media de la Luna a la Tierra hace que, desde aquí, aquella parezca tener el mismo tamaño que el Sol, que en realidad es mucho mayor. De vez en cuando, la Luna se coloca directamente entre nuestro planeta y nuestra estrella, por lo que parece cubrirla por completo, bloqueando temporalmente su luz y creando un eclipse total a lo largo del estrecho camino que proyecta la sombra de la Luna.
La semana que viene, el 21 de agosto, los observadores situados a lo largo de la franja de 115 km de ancho que va de Oregón a Carolina del Sur, en los Estados Unidos, se encontrarán en esta ruta del eclipse total, que alcanzará su punto máximo a las 13:19 (hora de México). Durante un máximo de 2 minutos y 40 segundos, las personas que se encuentren en los lugares adecuados se verán bañadas por un misterioso crepúsculo en mitad del día.
Un equipo de astrónomos de la ESA estudiarán el eclipse desde Estados Unidos y, como muchos otros, esperan que el cielo no esté cubierto para así poder capturar fenómenos que solo están visibles durante estos acontecimientos, como puntos de luz brillando a través de huecos en el terreno lunar o el centelleante efecto de “anillo de diamantes”, que se produce cuando el último y el primero de los rayos del Sol resplandecen justo antes y después de que se produzca el eclipse total.
También intentarán capturar la atmósfera externa del Sol, la corona, que puede apreciarse a simple vista únicamente durante un eclipse total, mientras que el resto de nuestra estrella queda tapado.
Observar la corona forma parte del trabajo diario del Observatorio Heliosférico y Solar (SOHO) de la ESA/NASA, que puede emplear un filtro especial para bloquear la luz del Sol. Durante el eclipse total en la Tierra, SOHO ofrecerá interesante información contextual sobre la corona y la actividad solar desde su puesto de observación en el espacio.
Fuera de la “ruta de totalidad”, los observadores disfrutarán de un eclipse parcial: verán cómo la Luna tapa un pedazo del disco solar. Y algo parecido es lo que verá nuestro satélite Proba-2, un ejemplo de lo cual puede apreciarse en esta imagen, tomada durante el eclipse anular que se produjo a principios de este año. La fotografía muestra el turbulento disco solar y su corona a longitudes de onda del ultravioleta extremo.
De hecho, Proba-2 verá una serie de eclipses parciales desde su órbita terrestre. Este satélite gira alrededor de la Tierra unas 14.5 veces al día y, gracias los cambios constantes en el ángulo de visión, pasará varias veces por delante de la sombra de la Luna durante el eclipse.
Además, los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional, incluyendo a Paolo Nespoli, de la ESA, podrán estudiar algunos aspectos del eclipse. Desde su perspectiva privilegiada, podrán ver eclipses parciales y, con suerte, capturarán la sombra de la Luna sobre la superficie de nuestro planeta.
Recuerda: nunca mires directamente al Sol, ni siquiera durante un eclipse parcial, sin protección ocular apropiada como gafas especiales para eclipses; de lo contrario, podrías sufrir daños oculares permanentes.