IMPULSO/Ana Lilia Herrera Anzaldo
Instituciones por encima de todo
En un discurso pronunciado el 29 de marzo de 1996, el entonces presidente de la República de Italia, Oscar Luigi Scalfaro (1918–2012), compartió ante los integrantes de la LVI Legislatura de la Cámara de Senadores de México su fascinación por el parlamento, pues había sido parte de él durante 46 años.
En aquella intervención, el mandatario italiano resumía la representación plural del Senado como la síntesis de las voces, no sólo de las fuerzas políticas, sino de las debilidades, de los derechos, de los deberes, de las justicias, de las injusticias. “Aquí es la patria, aquí se encuentra la patria”, decía el mandatario al tiempo que dejaba entrever que la dignidad de la representación estaba muy por encima del valor numérico de las fuerzas políticas.
Las reflexiones que compartió Scalfaro en la casona de Xicoténcatl hoy siguen vigentes, desde la restauración del Senado en México en aquel 1874 cuando volvimos al sistema bicamaral, con una representación federal y una popular.
Protagonista indispensable de nuestra historia y testigo incansable del paso de ilustres mexicanos galardonados, discursos y visitantes de notable distinción; esta Cámara ha sabido estar a la altura de las exigencias sociales, económicas, políticas y jurídicas de la nación.
Hoy más que nunca, un entorno global en permanente cambio y en el que la información de lo que ocurre al otro lado del mundo está a un click de distancia, reclama fortalecer nuestras instituciones y adaptarlas a los nuevos tiempos en que por fortuna hay una sociedad más exigente e informada y donde la transparencia y rendición de cuentas dejaron de ser una concesión: son imperativo y obligación.
Particularmente durante los últimos cinco años, esta soberanía ha dado muestras claras de que en la pluralidad también hay voluntad y cordura republicana para construir acuerdos en momentos cruciales para la gobernabilidad y viabilidad del proyecto de nación que merecen y exigen la mayoría de los mexicanos.
Desde hace años la Cámara de Senadores ha sido espacio abierto para legisladores que han levantado la voz en torno a temas del ámbito nacional, pero también para fijar postura respecto del acontecer internacional, facultad exclusiva de este órgano legislativo.
Desde luego que como afirmó el académico e historiador Lorenzo Meyer “la mejor política externa de México, es una política interna exitosa”, sin embargo, después de innumerables lecciones nuestra nación no puede ser ajena al dolor o las injusticias cometidas fuera de su territorio.
La política exterior hoy va más allá de los límites fronterizos y del establecimiento de aranceles, finalidades con las que se concebía y que sin duda siguen siendo base del ejercicio de esta política. Hoy pensamos que mediante la política exterior y el Derecho Internacional se abre la puerta a la protección del ambiente, a derechos humanos y las buenas prácticas gubernamentales.
La tendencia globalizadora nos impone una mayor interacción política y económica con las naciones con las que compartimos esfuerzos y aspiraciones para favorecer el desarrollo en un clima de competitividad. @AnaLiliaHerrera