IMPULSO/ Mtro. Marco A. Rodríguez Blásquez
El dilema del Presidente
A unos días de la celebración de la XXII Asamblea Nacional del PRI, el presidente Peña llega fortalecido con el oxígeno que obtuvo de la elección pasada en el Estado de México, lo que le permitirá tener margen de maniobra en la designación del candidato presidencial, donde, además de su capital político, tendrá que “hilar fino” y tener de su parte principalmente a los gobernadores, objetivo que no garantiza el actual Presidente de este partido.
Tendrá que apoyarse de sus mejores hombres para meter en cintura a todos los actores políticos y económicos, esto sin duda no es ni será tarea fácil, se requerirán operadores que, además de sensibilidad, no les tiemble la mano ni la voz, pero lamentablemente para el ejecutivo son los menos con este perfil. Un caso reciente lo ejemplificó el Canciller mexicano en la pasada reunión del G20, cuando se hizo de “oídos sordos” al cuestionamiento que una periodista le hizo a Trump sobre si México pagaría por la construcción del muro, respondiendo Trump “absolutamente”. Concluyó la cumbre y no hubo pronunciamiento del Canciller, dejando que su jefe aclarara ya en México sobre este tema.
Diferentes grupos al interior del PRI insisten en cambios para la próxima asamblea, en lo que se refiere a la permanencia de los candados y la renuncia del actual presidente de este partido. Pero no hay una coordinación entre las voces disidentes, por lo que esta estrategia seguramente no prosperará, pero será necesario acotar a estas corrientes.
Personajes como Ulises Ruíz, José Ramón Martel o Cesar Augusto Santiago que son “cartuchos quemados”, su preocupación es el acomodo de sus intereses. Posición distinta es la de Manlio Fabio Beltrones, político dotado de inteligencia y talento para hacer política y alianzas como la del Verde Ecologista, a quien Manlio le “mece la cuna”.
Ante este horizonte de posibles turbulencias, el Presidente Peña una vez concluida la Asamblea Nacional, tendrá la necesidad de sacar a su Candidato con lo cual ganaría principalmente tiempo para tener la oportunidad de realizar los ajustes necesarios.
Lo anterior se ilustra en la pasada elección en el Estado de México en cuanto al tiempo perdido en definir el Candidato a Gobernador, ya que si ésta se hubiese dado meses antes, habría permitido hacer los ajustes necesarios en el CDE del PRI para apoyos y definición de alianzas, con lo que la conducción del proceso electoral hubiera sido diferente y el triunfo para el PRI pudo haber sido más holgado y los compromisos con los partidos aliancistas mínimos.
Retomando el tema para el 2018, el dilema se centra en una ruta de pesos y contrapesos. Amplío esta aseveración: grupos previo a la Asamblea Nacional vienen trazando el camino que seguirán con el propósito de obtener ventajas. Los delegados que asisten representan los intereses de estos grupos y se conducen conforme se les ordena, sea individual o en bloque, paradigma que habrá que romper, pero sin perder la unidad de ir con un solo proyecto y candidato viable y competitivo que garantice el triunfo.
La sublevación al PRI en Chiapas del Verde Ecologista pon en duda la continuidad de la alianza con este partido. De igual manera la celebración de reuniones de Gobernadores priistas en lo oscurito hacen que la XXII Asamblea sea muy diferente a las anteriores y no se tenga certeza de sus resultados. Lo anterior representa el mayor reto para los peñistas.
El contrapeso lo representa el capital político y la autoridad del Presidente Peña, factores de quienes tendrá que echar mano y le permitan con otros partidos aliancistas que garanticen la obtención de votos, nombrar un candidato a modo, con o sin perfil ciudadano.
El Presidente debe tener el hilo conductor en este proceso, que ya ha iniciado y culmina en la jornada electoral del 2018, con lo cual está garantizando su tranquilidad futura.
Director de BGC Consultoría Estratégica.
Dato
: La sublevación del Verde Ecologista en Chiapas pone en duda la continuidad de la alianza con este partido.
