Diciembre 24, 2024
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Causes de agua y ríos, basureros de la población

IMPULSO/ Miguel A. García
Toluca

Cuerpos de burros, colchones, refrigeradores, estufas, carcasas de autos y hasta salas completas son los objetos que encuentran los cuerpos de Protección Civil en la limpieza de los cauces de agua y ríos del Estado de México, cantidad que puede alcanzar en los puntos considerados de riesgo entre las 30 a 50 toneladas, mismas que impiden el paso del agua, principalmente de lluvia.

De acuerdo a Arturo Vilchis Esquivel, coordinador estatal de Protección Civil, todo ese tipo de cuestiones provoca que, cuando llueve, aunque no sea con gran intensidad, el cause se atore, se taponee y hasta pueda romper los márgenes causando anegaciones y afectaciones en vialidades y domicilios.

“Hemos recogido cantidades entre 30 y 50 toneladas en un solo problema, o sea, no es solamente lo que vemos directamente como bolsas de basura, botellas de PET y cosas de este tipo, lamentablemente, hay personas que van y tiran al cauce el refrigerador, la estufa, llantas usadas, un colchón o que se murió el burro y tiran el cadáver al cauce”, comentó.

De los 157 puntos de exposición a escenarios asociados con la temporada contemplados en el Atlas de Riesgo de la entidad, once son los puntos más críticos, por lo que se encuentran monitoreados las 24 horas del día por las cámaras de videovigiliancia del C5, añadió.

Además de que la mayoría de las zonas reconocidas como vulnerables, tan sólo en la Cuenca del Valle de México están ubicadas 130, por lo que en esta región se concentran esfuerzos sin descuidar los otros 27.

“Hicimos una selección de las 11 más delicadas, las más representativas, que son la entrada de San Mateo Atenco, la zona de la Bandera en Tultitlán, en la López Portillo, puntos como la zona de los talleres del metro, Valle Dorado, entre otros, están en línea de vista de las cámaras del C5 para que actuemos en caso contingencias por las constantes lluvias”, señaló el funcionario estatal.

Los lugres de riesgo que se vigilan son encharcamientos urbanos y rurales, granizadas intensas hasta deslaves, asociados con las tres cuencas que existen en la entidad como la del Valle de México, la del Lerma y la del Balsas, donde habitan 21 mil personas que estarían en peligro.

Mucha lluvia, pobre administración del recurso

Una administración ineficiente del recurso, así como inversiones equivocas en materia de infraestructura son algunos de los factores que han generado insuficiencia en la disponibilidad de agua en comunidades del Estado de México con vocación hídrica, afirmó Christián Rivera Ambrosio, investigador de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).A decir del especialista, es necesario promover en el manejo de este recurso un nuevo enfoque en torno a su administración, enfocado al control y contención de la demanda, más que a promover el incremento de los recursos con proyectos hidráulicos, a fin de gastar menos y adecuadamente el líquido.

Un manejo integral y sustentable, explicó, engloba técnicas que tienen como finalidad el ahorro de agua y la mejor gestión del recurso, asumiendo medidas y actuaciones que van desde la modernización y rehabilitación de redes para minimizar las fugas a la instalación de equipamientos sanitarios de bajo consumo, así como el desarrollo educativo y concientización de la población sobre la necesidad de hacer un buen uso del agua.

A la par, es necesaria la promoción en el uso de las aguas residuales depuradas, la implantación de tarifas incentivadoras del ahorro y la promoción de prácticas agrícolas y de jardinería con menores exigencias hídricas, lo que permita reducir el consumo de agua en los diferentes usos: agrícola, urbano e industrial, sin que afecte el servicio prestado.

Sostuvo que esta ineficiencia en la promoción de un uso adecuado de este recurso se evidencia con el crecimiento desordenado de los espacios urbanos, donde no se mira el abastecimiento como una problemática grave lo que genera cortes de agua y desabasto.

“El volumen de agua no registrada se sitúa en un valor medio de 35 ó 40 por ciento, lo que significa que más de una tercera parte del agua que entra en la red no llega a su destino final en los puntos de consumo”, explicó.

Reprochó asimismo que otras capitales en Latinoamérica y Europa hayan alcanzado un aprovechamiento del agua por encima de 83 por ciento, gracias al desarrollo de un sistema que permite la localización y detección de fugas para su sellado inmediato.

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