- Los padres también encomiendan a sus hijos al Niño de las Palomas cuando ingresan al Hospital del Niño en la ciudad de Toluca.
IMPULSO/Patricia López Vences
Toluca
Divino Niño y Niño de las Palomas, imágenes colocadas en una jardinera a la entrada del Hospital del Niño, santos a los que decenas de padres de familia encomiendan a sus hijas e hijos hospitalizados, ello ante posible urgencia o llamado médico para comprar hasta un tempra que baje la temperatura a su paciente, por lo que permanecen afuera del nosocomio bajo plásticos y sobre cartones.
A escasos metros de la Casa de Gobierno, allí sobre la calle, han hecho su tendido con plásticos y cartones, pues vienen desde Hidalgo, Michoacán, Morelos o Tlaxcala, algunos de la zona oriente del Estado de México o de municipios del sur mexiquense porque no hay hospitales con especialidades en la atención de infantes como el Hospital para el Niño, institución en la que confían los padres de familia que aguantan hasta más de una semana viviendo a las puertas del hospital.
Adentro, los infantes luchan por su vida desde recién nacidos, también están aquellos de 12 años que han padecido alguna enfermedad, que enfrentan males como el cáncer o que sufrieron alguna caída, mientras, afuera, hay matrimonios o madres de familia acompañadas por algún hijo mayor o alguna comadre, se quedan cerca de la puerta en caso de que sean llamados por las trabajadoras sociales, quienes requieren medicamentos o insumos que siempre faltan en el hospital.
Manuela Vargas, Esperanza Dávila, Cristina Sanchez y Gabriel Salinas tienen a sus hijos hospitalizados, la que más tiempo lleva es Gaby, niña de tres años víctima de un rotavirus, quien ingresó hace cinco días. Hay otros casos como el de Javier de 10 meses, para quien es necesario que su madre ingrese constantemente para amamantarlo, incluso para llevarle el medicamento que le encargaron los médicos.
“Es que no nos podemos ir, tenemos que esperar aquí afuera porque qué tal si se pone malito mi niño o si necesitan algo, entonces corremos a la Farmacia del Ahorro, allá está en la esquina y regresamos; es más fácil quedarnos aquí afuera tendidos en el piso, yo me traje una cobija y me pongo un cartón y con mi hija nos turnamos para dormir a ratos, aquí traigo hasta maleta porque, adentro de estos plásticos, pues, tenemos nuestras cosas para estar aquí, ya después vendrá alguien más de la casa para traernos dinero y mire, aquí, diario viene la de los tamales, de las gelatinas, compramos bolillitos nos hacemos algo para aguantar, lo importante es mi niño, tiene 10 meses”, solloza Esperanza Davila.
Las imágenes del Niño Dios con sus vestimentas han sido colocados en un nicho que han hecho los devotos luego de recibir un favor o ver sanados a sus niñas y niños.
A las imágenes, las llenan de globos, juguetes, ropita de bebé, flores, les atan milagros realizados, advierte doña Josefa García. Hay mucha fe de todas estas personas que a diario permanecen a las puertas del Hospital del Niño del IMIEM (Instituto Materno Infantil del Estado de México) sin importar el calor, el frío, la lluvia; movidos por su fe, piden al Divino Niño y al Niño de las Palomas la pronta recuperación de sus hijos.
