IMPULSO/Carlos Ravelo Galindo
Ya está arriba
Queremos condescender con amigos que nos pidieron mayores datos del gastroenterólogo Alfonso Izcoa Vives, además del haber colaborado en Excélsior, desde joven. Y en Petróleos Mexicanos, también como médico.
Su vida la compartió con la religión católica. Esta labor fue premiada al igual que hicieron en su ámbito los rotarios de México.
Reproducimos parte de su historia:
El doctor mexicano Alfonso Izcoa es nombrado hermano mayor de la Orden 15-11-2008 México.
Mediante el Protocolo. N. 1-8/08.3 del 15 de septiembre, el prior general de la Orden de Agustinos Recoletos, Javier Guerra, nombró hermano general de la Orden a D. Alfonso Izcoa Vives. El 7 de noviembre se hizo entrega del nombramiento.
La providencia y cuidado de Dios se manifiesta siempre a través de mediaciones, entre otras el servicio y entrega de tantas personas que desinteresadamente ayudan a los demás.
Desde 1965, año de construcción de la Parroquia Madre de Dios de Czestochowa en Tecamachalco, el doctor Alfonso Izcoa Vives ha ayudado en el cuidado de su salud a los Agustinos Recoletos, tanto a los de esta comunidad de la Provincia de San Nicolás como a los residente en la Parroquia de Nuestra Señora de Lourdes, que pertenece a la Provincia de San Agustín.
Además, su labor en la misma Parroquia es bien conocida, por su participación en los Cursillos de Cristiandad.
Alfonso Izcoa es natural de la Ciudad de México y es médico cirujano egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM con la especialidad de gastroenterólogo y cirugía. Está casado con María Eugenia Loperena y tienen tres hijos.
Su calidad profesional de médico internista, humana y cristiana le ha permitido ayudar a muchos religiosos recoletos cuando se han presentado con problemas de salud. Cuando no los ha tratado directamente, los ha encauzado y recomendado con los especialistas y centros sanitarios adecuados, donde son atendidos con su recomendación sin dejar de interesarse por su evolución.
Han sido muchas las ocasiones en que, a pesar del clima o de la hora, ha ido en auxilio de los religiosos. Ha pasado muchas noches en la habitación del enfermo hasta que éste superaba la parte más crítica de su enfermedad. Una auténtica prueba de amor al prójimo y cariño a los religiosos.
Pocos son los enfermos recoletos que no han recibido de él, aunque sea indirectamente, una asesoría para acudir a los distintos especialistas para tratarse de sus males. En su persona, a decir de sus pacientes, puede encontrarse profesionalismo, honradez, amabilidad, una profunda espiritualidad y mucho amor a sus semejantes.
Desde 1991 es ministro extraordinario de la Eucaristía, por lo que, además del trato profesional, visita y lleva el auxilio espiritual a los enfermos impedidos para ir a la iglesia.
Digno de destacar es su interés por la liturgia y la animación de la celebración eucarística, Llega con mucha antelación para buscar lectores, quienes recojan las ofrendas y otros ayudantes para la asamblea. [email protected]
