IMPULSO/Teodoro Rentería Arróyave
Otro atentado que debemos denunciar
La colega Tina Pinzón Solís, reportera del periódico digital El Quintana Roo.mx, fue víctima de un atentado más, ahora por tres cobardes esbirros, mismo hecho, que todos los miembros del gremio debemos de denunciarlo, de otra manera exponemos a la compañera a mayores agravios y colaboramos a mantener la vergonzosa impunidad.
Además, nuevamente se probó la ineficacia del Mecanismo federal de protección de personas defensoras de derechos humanos y periodistas; puesto que Tina había recurrido a ese protocolo ante las amenazas de muerte que había recibido, por lo que como consecuencia de la denuncia que presentó le fue proporcionado un botón de pánico, el cual, asómbrense respetados lectores y radioescuchas, no funcionó.
Según la nueva denuncia, la colega fue golpeada y amenazada otra vez de muerte, ahora por un hombre armado, sólo porque cumplía con su deber de reportear al grabar con su celular un operativo de la Secretaría de Infraestructura y Transporte, en la zona hotelera, mientras esto ocurría otros dos cómplices protegían al atacante.
Más tarde en un comunicado, Amir Ibrahim, directivo del medio informativo, precisó que la agresión ocurrió la mañana de este sábado; horas después de que el gobierno estatal informó que elementos de Seguridad Pública detuvieron al agresor de la comunicadora y lo pusieron a disposición de la fiscalía estatal.
En el mismo documento se detalla que mientras Pinzón Solís grababa el operativo, que provocó caos vehicular en la zona hotelera, tres sujetos armados que viajaban en un automóvil Spark blanco, sin placas de circulación, se le acercaron. Uno le dio un manotazo que le tiró el celular. Los otros dos agresores destrozaron el móvil a palos. El primero de ellos le dio un puñetazo en la quijada a Tina y la amenazó de muerte, antes de huir, ahora se asegura que está detenido.
La primera vez que Tina Pinzón Solís fue amenazada fue el 18 de abril pasado por lo que interpuso la denuncia penal FGE/QR/BJ/04/4822/2017, en la misma se explica que la amenaza de muerte provino del empresario, Carlos Mimenza, luego de un comentario que lo incomodó, por lo que entonces se acogió a la ley federal de protección a periodistas.
En esa ocasión, la Federación le brindó las “medidas cautelares” como la instalación de un botón de pánico, el cual, dijo Amir Ibrahim, no se activó en esta segunda agresión, ahora física, que sufrió la reportera.
Siempre hemos denunciado con el Gremio Periodístico Organizado de México a la cabeza, la inoperancia del susodicho Mecanismo, exacto desde que lo creo Felipe de Jesús Calderón Hinojosa dentro de su fracasado régimen, mismo que tiene, entre otras desastrosas máculas, el haber sido el periodo en que más periodistas fueron asesinados. No claudiquemos, denunciemos en todos nuestros medios estos agravios a las libertades de prensa y expresión.
