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Banxico gana en el vencimiento de coberturas cambiarias

IMPULSO/ Edición Web
México

Al haber contratado un tipo de cambio mayor al del mercado las coberturas cambiarias liquidables en pesos a 60 días, los bancos participantes pagarán al banco central la diferencia, conforme lo especifican las reglas dispuestas en la circular 3/2017 del Banco de México (Banxico).

Éste es el segundo vencimiento que resulta positivo para el Banxico, pues en el ejercicio previo —las coberturas cambiarias a 30 días subastadas el 6 de marzo— quedaron también por arriba del precio del mercado. Esto significa que los postores deben entregar al banco central la diferencia entre el tipo de cambio asignado en la subasta y el de liquidación, que de forma preliminar asciende a 60 centavos.

En el momento de la asignación, el 6 de marzo, los bancos contrataron coberturas cambiarias a 60 días, a un tipo de cambio promedio ponderado de 19.61 pesos por dólar, una estimación que quedó por arriba de 19.01 del cierre reportado el viernes por el Banxico en el tipo de cambio Fix, que quedaron negativas al vencimiento.

En la subasta que venció a 30 días, donde el Banxico también ganó, se registró un saldo a favor del banco central por 172 millones de pesos tras la revaluación del peso de 4% frente al dólar.

De haber quedado por debajo de la cotización al vencimiento del contrato, las reglas de operación de las subastas precisan que el Banxico habría pagado la diferencia en pesos a los contratantes.

Funcionan bien: 
comisión de cambios

La subasta de coberturas cambiarias liquidables en pesos no entregables, o forwards cambiarios, “funcionó muy bien” al complementar las herramientas de las autoridades para quitar presión al mercado, aseguraron José Antonio Meade, secretario de Hacienda, y Agustín Carstens, gobernador del Banco de México.

En conversaciones por separado, argumentaron que fortalecen el instrumental de las autoridades para enfrentar choques en el exterior.

El secretario de Hacienda precisó que, con este instrumento, se complementan las políticas fiscal y monetaria, al otorgarse a la política cambiaría la posibilidad de intervención sin que medie la compra venta de reservas.

Por su lado, el gobernador Carstens detalló que se trata de una de las herramientas más “importantes y adecuadas” para facilitar la administración de riesgos de inversionistas y empresarios, que no requiere uso de reservas internacionales para estabilizar al mercado cambiario.

Fortalece oferta de cobertura

El banquero central explicó a El Economista hace unos días que este tipo de forwards ofrecidos por el banco central facilitan a los participantes del mercado cubrirse de la depreciación.

Sin embargo, matizó que este programa no está dirigido a fortalecer la oferta de coberturas “que ya está bastante desarrollada en México” para participantes del mercado.

“El mercado de coberturas ya está bastante desarrollado y hemos visto que ha podido atender por sí mismo los requerimientos. Sí está el programa. Sí hay disponibilidad para apoyarlo —con el programa dirigido por la Comisión de Cambios— pero no es una circunstancia que haya tenido que ofrecerse”.

Por otro lado, Carstens explicó que “la deuda corporativa no es un tema extremadamente preocupante”.

“Hay un porcentaje mayoritario de empresas mexicanas que tienen una cobertura natural porque tienen exportaciones e ingresos en dólares, a quienes la depreciación no les afecta tanto”, expresó.

Tal como lo explicó la Comisión de Cambios, al anunciar este nuevo programa de coberturas cambiarias no entregables, “las instituciones de crédito que participen en las subastas de coberturas cambiarias con el Banco de México podrán ofrecer a su vez instrumentos del mismo tipo a los diferentes participantes del mercado”.

Las citadas instituciones de crédito son bancos privados o de desarrollo y es de esperar que realizarán la intermediación para ganar el diferencial de compra y venta que podrían obtener de los clientes interesados, ya sean corporativos mexicanos, extranjeros o inversionistas institucionales residentes o del exterior. El economista.com.mx

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