Diciembre 23, 2024
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Clamor desde la cárcel, líder de autodefensas pide justicia

IMPULSO/Agencia SUN
Tepic
Desde el interior del penal federal de Tepic, Nayarit, el Dr. José Manuel Mireles Valverde, ex líder del movimiento de autodefensas de Michoacán, envió este viernes un mensaje a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y al Poder Judicial de la Federación, en el que pide justicia para él y el resto de los autodefensas actualmente presos.

Mireles Valverde, quien fundó y encabezó uno de varios grupos de autodefensa surgidos en Michoacán en 2013 para enfrentar a grupos del crimen organizado, fue detenido el 27 de junio con varios de sus compañeros y está sujeto a proceso, acusado de portación de armas de uso exclusivo del ejército.

El médico explicó en su comunicación que él y sus hombres tomaron las armas para salvar sus vidas, las de sus familias y la de sus pueblos, ejerciendo un derecho consagrado, dijo, en el Artículo 10 de la Constitución mexicana.

En el mensaje agregó que, pese a que los que tomaron las armas viven la desgracia de estar presos hoy, el destino de muchos que esperaron a que el gobierno les diera protección fue peor. “La desgracia fue mayor para los que no se defendieron. Están todos muertos y enterrados o desaparecidos y aún no ha llegado la justicia para nadie”.

El mensaje cierra: “Señores del Poder Judicial de la Federación, por nuestro propio derecho exigimos y demandamos justicia, también para todos nosotros, no sólo para los asesinos y bandidos de la Nación, perdón, quise decir, políticos y gobernantes de la Nación.

Durante años, primero “La Familia Michoacana” y luego su derivación, “Los Caballeros Templarios”, llevaron a cabo asesinatos, secuestros y extorsiones en Michoacán, especialmente en la zona de Tierra Caliente, y en otras entidades del país.

El surgimiento de las autodefensas en 2013 obligó al gobierno federal a intervenir. El gobierno central envió al estado a Alfredo Castillo quien, en su calidad de “comisionado”, tendría la responsabilidad de “pacificar” al estado.

Para desarmar y desmovilizar a las autodefensas, Castillo ofreció a Mireles Valverde y al resto de las autodefensas que se integraran a una Fuerza Rural que, ya dentro de un marco legal y según los planes de Castillo, auxiliaría a las fuerzas federales en el combate contra las células criminales.

Castillo estableció el 10 de mayo de 2014 como fecha límite para que las autodefensas entregaran sus armas. Mireles y su gente se negaron a deponerlas, argumentando que la Fuerza Rural había dado cabida a integrantes de células delictivas.

Manifestando que los grupos criminales seguían representando una amenaza para la población civil, Mireles Valverde y su gente decidieron enfilarse hacia la cabecera municipal de Lázaro Cárdenas para tomar control del pueblo.

De camino hacia el puerto, cuando se encontraban en la comunidad de Acalpican y luego de haber tomado control de la localidad de La Mira, Mireles y unos 80 de sus hombres fueron detenidos el 27 de junio de ese año por fuerzas federales.

Todos fueron acusados por portación de armas de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas.

Mireles fue enviado al penal federal de Hermosillo, Sonora, donde estuvo recluido hasta el 1 de noviembre de 2016, cuando fue trasladado al penal federal de Tepic, desde donde envió el mensaje.