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La historia del toro de Wall Street

IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México

La escultura “El toro de Wall Street” apareció una mañana de diciembre, casi de la nada, en las calles de Nueva York. Fotografiarse con el enorme rumiante es uno de las actividades obligadas para quienes viajan a la Gran Manzana.

Con un peso de tres toneladas y media, la obra del italiano Artuto Di Modica fue colocada -sin permiso- frente a la Bolsa de Valores en 1989.

La pieza de bronce acaparó los reflectores desde el pasado ocho de marzo, cuando la escultura de una niña desafiante se le plantó frente a frente. Pero, ¿cómo llegó este animal al corazón financiero de Nueva York?

La pieza de bronce acaparó los reflectores desde el pasado ocho de marzo, cuando la escultura de una niña desafiante se le plantó frente a frente. Pero, ¿cómo llegó este animal al corazón financiero de Nueva York?

“El toro es símbolo de fuerza, de energía, en el lenguaje de la Bolsa, el toro tiene que ver con elevarse porque, cuando el toro se lanza contra el oponente, lo levanta por los cuernos”, dijo Di Moca al sitio Notabilis sobre la elección de ese animal, del que ya tenía un modelo años antes y desarrolló uno más grande para Nueva York.

Al modelo previo “lo cambié dándole más fuerza, más agresividad y lo agrandé dos veces y media”, explicó el artista en una entrevista difundida por Ronin Film Production.

La figura del toro fue ubicada clandestinamente afuera de la Bolsa de Nueva York por el escultor siciliano, que llegó a Estados Unidos en los años 60. Tras aquel “lunes negro” de 1987, cuando las bolsas de valores de todo el mundo se desplomaron, el artista pensó obsequiar aquel símbolo de coraje a la ciudad como una muestra de que las cosas mejorarían.

Una noche de 1989, “decidí visitar la Bolsa sin permiso, éramos como cuarenta personas y fuimos a dejar la escultura a la puerta de Wall Steet con la ayuda de un camión y una grúa”, narró en el video.

Añadió que la operación les llevó cinco minutos, tiempo que tardaba la policía de Nueva York en hacer sus rondines por el lugar.

Aquella obra, como todo “arte de guerrilla”, irrumpió espontáneamente en el espacio urbano y acaparó las portadas de todos los medios al día siguiente. Aunque fue removido hasta conseguir un permiso, otorgado gracias al clamor de la ciudadanía, así que fue colocado de manera definitiva en el parque Bowling Green, cerca de Wall Street.

Di Modica, nacido en 1941, insiste en que el también conocido como Charging Bull fue un regalo de Navidad para la gente de esa ciudad. “Tengo que dar un poco de fuerza, de espíritu joven para un país mejor”, expresó.

Aunque durante mucho tiempo se creyó que la pieza fue financiada por las autoridades de NY, fue el mismo artista quien gastó todos sus ahorros de aquel momento, 300 mil dólares, para financiarlo.

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