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México queda atrapado en un crecimiento  económico de 2%

IMPULSO/ Edición Web
Ciudad de México
Acelerar el crecimiento económico ha sido un auténtico reto para la administración del presidente Enrique Peña Nieto. Llevar al país a crecer entre 5 y 6% fue una de las principales promesas que estableció desde su primer día de campaña a la Presidencia y que no logrará cumplir.

Para este sexenio, México se encamina a crecer 2.1%, según el cálculo a partir de las previsiones de los PreCriterios Generales de Política Económica (PCGPE) de la Secretaría de Hacienda. Esa cifra es idéntica a la que dejó el gobierno de Felipe Calderón al final de su mandato.

La diferencia es que en la administración panista (2006-2012) México fue afectado por la crisis inmobiliaria de Estados Unidos, que desató la peor crisis económica en el mundo desde la Gran Recesión. En 2009, el PIB de México se hundió 4.8%, la mayor caída desde 1995, cuando fue azotado por la crisis del Tequila.

Ni si quiera las políticas fiscal y monetaria expansivas implementadas al inicio del sexenio de Enrique Peña han podido librar a México de la maldición de crecer a niveles de 2% anual.

“Los Pre-Criterios aceptan que la economía presenta desaceleración en el 2017 y que reportará una aceleración en el 2018 (…) En resumen, la economía se enfila a “repetir su historia” de cada fin e inicio de sexenio: desaceleración en el penúltimo año, aceleración el último año, y desaceleración otra vez en el primer año del siguiente gobierno. La economía al parecer se ha librado de las crisis de fin de sexenio pero no de la maldición del freno-arranque de cada cambio de gobierno”, dijo a Expansión el director general para América Latina de Moody’s Analytics, Alfredo Coutiño.

De lado fiscal, Hacienda comenzó a incrementar su ritmo de endeudamiento desde 2013, entonces para tratar de apuntalar a la economía; mientras que el Banco de México (Banxico) mantuvo su tasa de interés referencial en niveles históricamente bajos (3%) desde medidos de 2014 hasta finales de 2015, esto pese la caída del peso frente al dólar que inició a mediados de 2014.

Más deuda y menores tasas de interés no se han traducido en mayor crecimiento económico, por el contrario, generaron mayores desequilibrios.

La mayor deuda llevó a que las tres calificadores más importantes del mundo – Moody’s, Standar & Poor’s y Fitch Ratings- tengan en revisión la calificación crediticia del país, mientras que las bajas tasas de interés solo contuvieron la inflación, que se salió de la meta de Banxico (3% +/- un punto porcentual) desde enero pasado.

Por lo que la expectativa de alcanzar una tasa de crecimiento de 5.3% en 2018 del mismo gobierno federal, se esfuma pese a las reformas estructurales. Aunado a que además, hay que enfrentar ahora la incertidumbre generada por el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

“Proyectamos que el crecimiento se desacelera a 1% y 0.5% en 2017 y 2018, respectivamente debido a mayores tasas de interés y también a la erosión de la confianza local debido al impacto de probables cambios en la política comercial y de inmigración de Estados Unidos. La alta incertidumbre sobre la estabilidad de las relaciones con Estados Unidos persistirá en los próximos años”, escribieron en un reporte economistas del Instituto de Finanzas Internacionales.

“Se estima que la implementación de las reformas estructurales incrementará el crecimiento potencial de la economía mexicana de cerca de 3.5% en su nivel inercial a 5.3% hacia el 2018. El crecimiento adicional que se tendría entre 2015 y 2018”, decía en 2013 el Programa Nacional de Financiamiento al Desarrollo (Pronafide).

En tanto, desde 2016 Banxico se ha encaminado a elevar su tasa de interés referencial para contener la depreciación del peso y que esto contamine más las expectativas inflacionarias.

OTRO RECORTE AL GASTO EN 2018
En los PGPE Hacienda estima que el próximo año aplicará un nuevo ajuste al gasto público, ahora por 43,800 millones de pesos respecto a 2017 y equivalente al 0.2% del Producto Interno Bruto (PIB), esto para “cumplir con la trayectoria de consolidación fiscal y regresar al equilibrio presupuestal”, pero para analistas consultados por Expansión, el ajuste resulta insignificante, ya que solo representan dos décimas del PIB. EXPANSION.MX