IMPULSO/Agencia SUN
San José
El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, inauguró esta mañana de miércoles la XVI Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla con un mensaje en el que eludió mencionar los profundos conflictos que golpean a América Latina y el Caribe, como los problemas migratorios y comerciales con Estados Unidos y la aguda crisis política y socioeconómica de Venezuela.
Ante los presidentes de México, Enrique Peña Nieto; de Colombia, Juan Manuel Santos, de Colombia; de Guatemala, Jimmy Morales, y de Panamá, Juan Carlos Varela, delegados de Nicaragua, El Salvador, República Dominicana y Honduras e invitados especiales y de organismos multilaterales, el gobernante anfitrión se limitó a hacer un repaso histórico y poético de las relaciones mesoamericanas.
En el discurso inaugural de la cumbre, que concluirá hoy mismo, el presidente costarricense evitó referirse a las advertencias lanzadas por el gobierno del presidente de EU, Donald Trump, en su primeros dos meses de gestión, de que recrudecerá las políticas migratorias, para sacar de suelo estadounidenses a millones de migrantes irregulares oriundos de cuatro países miembros de este bloque mesoamericano: mexicanos, guatemaltecos, salvadoreños y hondureños.
Tampoco mencionó los anuncios hechos por Trump sobre relaciones comerciales internacionales, para impulsar políticas proteccionistas de EU y alejarse de las prácticas de libre comercio impulsadas desde hace más de 26 años por Washington en sus lazos con América Latina y el Caribe.
El caso de Venezuela, que es otro de los graves conflictos que impactan en estos momentos a la región por la profunda inestabilidad institucional y política y la aguda crisis socioeconómica, también fue eludido por el mandatario de Costa Rica.
La ausencia de todos esos temas en el mensaje inaugural destacó para el jefe de Estado de un país que, como Costa Rica, sufre por las frecuentes oleadas de migrantes irregulares latinoamericanos, caribeños, africanos y asiáticos que surgen por efecto de los líos políticos, sociales y económicos y que podrían agravarse en el gobierno de Trump.
La cita, que comenzó el lunes con reuniones de comitivas técnicas, prosiguió ayer con negociaciones entre cancilleres y vicecancilleres y concluirá hoy en la tarde tras el encuentro de los gobernantes, reúne a los representantes gubernamentales de 10 países que suman más de 222 millones de habitantes.
En la única mención del tema migratorio, Solís aseguró que “hoy, la realidad que vivimos como región nos presenta nuevos desafíos. La respuesta al fenómeno de la migración desde la corresponsabilidad y el respeto a los derechos humanos; los riesgos compartidos ante el cambio climático; la lucha contra el crimen organizado; el empoderamiento de mujeres y jóvenes”.
El proceso de Tuxtla, que se remonta acuerdos presidenciales adoptados por México y Centroamérica en 1991 en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, “está innegablemente asociado con Joaquín Miguel Gutiérrez, una figura emblemática de periodismo chiapaneco y un héroe del liberalismo. Uno de sus lemas era ‘En el silencio no mora la libertad’. Hoy, casi dos siglos después, esta sigue siendo una verdad fundamental”, afirmó.
El presidente de Costa Rica concluyó su intervención con un saludo de bienvenida en el que recordó un poema del rey filósofo Tecayehuatzin, a quien describió como “evocador del sentido mesoamericano de amistad”.
El proceso de Tuxtla, creado en 1996 por los gobernantes de Centroamérica y México y cuyo germen es de 1991, se conoció como Plan Puebla-Panamá y después como Proyecto Mesoamérica. Los gobiernos del bloque suscribirán hoy 10 declaraciones sectoriales.
También emitirán una declaración política en la que, según el gobierno de Costa Rica, los 10 países se pronunciarán sobre la nueva realidad geopolítica por impacto de las estrategias adoptadas por Trump en asuntos esenciales como comercio internacional y migraciones.
