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Washington
A hacerle el vacío a la OTAN se suma también el secretario de Estado y antiguo jefe de la petrolera Exxon, Rex Tillerson, pues planea no asistir a la cumbre de cancilleres de la OTAN prevista para abril pero sí viajaría a finales de abril a Moscú, dando así la imagen de que Rusia es prioritaria frente a los aliados militares de Washington. Tillerson será reemplazado en Bruselas por el subsecretario de Estado Tom Shannon.
La cumbre de cancilleres de la OTAN del 5 y 6 de abril hubiera sido la puesta de largo de Tillerson ante sus homólogos de los otros 27 países de la Alianza Atlántica, pero el secretario de Estado se quedará en Estados Unidos esos días para recibir junto a Donald Trump al presidente chino Xi Jinping.
Las relaciones de la OTAN con la Administración de Donald Trump siguen sin normalizarse. Justo después de tomar posesión, el presidente estadounidense dijo que la Alianza Atlántica era “obsoleta” y llegó a poner en duda que Estados Unidos cumpliera la cláusula de defensa mutua del tratado de la OTAN si algún país miembro recibía una agresión extranjera.
A pesar de que el secretario de Defensa James Mattis intentó tranquilizar en febrero a sus socios en una reunión en Bruselas y dijo que la organización militar occidental sigue siendo la clave de la seguridad de Estados Unidos, Donald Trump sigue ignorando a la OTAN.
El secretario general de la Alianza Atlántica, el noruego Jens Stoltenberg, viajó el lunes a Washington para asistir a una reunión de dos días de los 68 países que participan en la coalición internacional contra el ISIS, que lidera Estados Unidos.
A pesar de que la agenda de Stoltenberg le hará pasar casi tres días en Washington, Donald Trump no ha encontrado ningún hueco para recibirlo. Mattis será el anfitrión de Stoltenberg, que en abril de 2016 visitó la Casa Blanca invitado por el entonces presidente Barack Obama.
Trump lleva semanas repitiendo –lo hizo de nuevo la semana pasada durante la visita de la alemana Angela Merkel- que los países europeos de la OTAN le deben dinero. En realidad no deben ni un dólar. Por desconocimiento o por sus problemas para relacionarse con la verdad, Trump se refiere de forma equivocada a que los 28 miembros de la OTAN tienen el compromiso de gastar en su Defensa –no en contribuciones a la OTAN- al menos el 2% de su PBI.
Stoltenberg es en ese asunto un firme aliado de Trump, pues lleva pidiendo ese aumento en gasto militar desde que llegó al cargo en octubre de 2014. El acuerdo de los 28 aliados, firmado ese mismo año, era alcanzar ese 2% en 2024. Pero Mattis dijo en Bruselas en febrero que Estados Unidos estudiará ya a finales de este año quién cumple y quién no.
Con información de Clarín
