IMPULSO/ Agencia SUN
Madrid, España
Mary Cruz Chacón llegó a España tras conocer a su marido por internet. No es una excepción. La asociación Colonia Mexicana en Madrid calcula que las relaciones que comienzan a distancia son ya, junto a los viajes de estudios y el trabajo de uno de los miembros de la pareja, una de las causas principales por las que mujeres mexicanas se instalan en España.
Chacón, de 31 años y natural de Hermosillo, Sonora, sostiene en brazos a su bebé sentada en un café de un barrio del sur de Madrid. El padre es un técnico en electricidad madrileño con el que contactó mediante un portal de citas.
“Yo trabajaba reponiendo frituras”, cuenta Chacón. “Llevaba una vida muy sencilla, en casa de mi madre. Tenía ya dos hijos, y conocí a este hombre desde un cibercafé porque no tenía computadora. Soy muy entregada, y enseguida nos enamoramos. Al mes y medio él vino a verme a México y ahí empezó todo de verdad”, cuenta.
Se inició una relación de siete años, con dos visitas anuales a Sonora, largas separaciones de por medio y una boda civil en 2013 en México. “Ni él ni yo queríamos que yo viajase a España sin tener todo legal: mi situación, los papeles para mis dos hijos… Finalmente vinimos en enero de 2016. Enseguida yo me embaracé y tuvimos a este niño. Cuando crezca un poco, quiero empezar a trabajar”, dice.
Para Chacón, el traslado a España ha sido la aventura de su vida.
“Mi madre aún no se lo cree. Al principio hablaba con ella por internet y lloraba siempre. Yo no había viajado, no conozco nada de México. Comencé a trabajar muy joven y no terminé mis estudios. Para mí es un salto grande. No siempre es fácil: a los niños les cuesta acostumbrarse, y yo con el pequeño aún me muevo poco. De momento hice sólo tres amigas en unos desayunos de madres mexicanas, las tres casadas con españoles. A veces sueño que aún estoy en México, hago la maleta para venirme y guardo mucha comida que en España no se encuentra”, bromea.
En España las mujeres representan una mayoría dentro de la comunidad mexicana. De los 14 mil 397 mexicanos en el país, 62% son mujeres, y una parte importante de ellas están emparejadas con españoles.
No todas las historias de amor a distancia salen tan bien como la de Mary. Fuentes acostumbradas a trabajar en la asistencia de mexicanas que se encuentran en situaciones problemáticas piden tener prudencia en las relaciones por internet y recuerdan que es frecuente que, tras desplazarse a España, las mujeres encuentren que no están a gusto en el país o con su nueva pareja. En esos casos, a menudos se ven desprovistas de recursos para regresar a México y deben pedir ayuda consular o a sus familiares.
En otras ocasiones, la experiencia puede quedar en un punto intermedio entre el éxito y el desengaño. Lo explica Patricia, una sonriente mujer de alrededor de 60 años. Era un ama de casa con un matrimonio de 30 años y una plácida vida en las Lomas, hasta que se divorció. “Intenté reconstruir mi vida en México, trabajé en Veracruz en bienes raíces, pero era difícil para mí”, cuenta en una cafetería del centro de Madrid.
Durante una visita que hizo a España para visitar a un familiar, se apuntó a una agencia de búsqueda de pareja, luego regresó a México. “Entonces ese hombre me contactó. Era un caballero, un catedrático de universidad de Madrid de 65 años. Estuvimos escribiéndonos de marzo a octubre. Me resistí pero finalmente le dije que iría. Hice una venta de garaje en México, vendí hasta la cafetera, y me vine a España”, cuenta.
La relación no funcionó. “Nos apreciábamos, nos respetábamos, pero después de tres meses de convivencia no hubo clic”, dice. A Patricia no le importó. Encontró un trabajo en Madrid y disfruta de su independencia. “Estoy feliz”, resume, “pero lo cierto es que me gustaría encontrar un hombre. Probé un par de veces más, pero nada me convenció. Eso sí, mantengo el contacto con mi primera pareja española. A veces le he escrito. ‘Siempre estaré agradecida contigo porque eres la razón por la que llegué’, le digo”.