Agosto 14, 2024
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2021: elecciones libres, sin partido de Estado

Martí Batres

Vamos a un proceso electoral en el que no se encarcela a luchadores sociales ni se coarta la libertad de expresarse

A diferencia de la era del PRIAN, este año habrá elecciones libres, sin partido de Estado ni tarjetas Monex. La oposición se ha agrupado para afrontar este proceso, en algo que es más una suma de debilidades que la unión de fuerzas. Asimismo, mediante spots y en distintos espacios, incluidos los legislativos, ha emprendido una campaña de falsedades.

Se ha dicho, por ejemplo, que se utilizan programas sociales para la compra del voto. Esto es falso. El programa social más importante, que es el de adultos mayores, es completamente universal, no se puede condicionar. La beca que se entrega a los muchachos en bachillerato es completamente universal. Los programas que sí se podían condicionar eran los de la época del PRI y del PAN: Progresa, Oportunidades, Prospera, y está comprobado por investigadores sociales que esos programas subían en la época electoral el número de beneficiarios, y bajaban esa cantidad una vez que pasaba la época electoral. Con el diseño actual eso no se puede, porque la tendencia es universalista.

También, se dice que los servidores de la nación son personal partidista. Falso, los servidores de la nación son servidores públicos, son funcionarios, son trabajadores del Estado, y sobre esa base tienen tareas que se les asignan.

De igual forma, se dice que tenemos un sistema de salud robusto, que ya no necesita nada más. Por desgracia no es así. Los neoliberales dejaron un sistema de salud esquelético, desaparecieron el primer nivel de salud. En su lugar, la política de abandono del PRIAN tuvo como máximo logro que los consultorios del Doctor Simi y las Farmacias del Ahorro sean en los hechos el primer nivel de salud en el país.

También se dice: no se debe lucrar con las vacunas. ¿Quiénes lo dicen? Los que les inyectaron agua a los niños con cáncer en lugar de inyectarles quimioterapia, en Veracruz.

Al mismo tiempo, con el pretexto del proceso electoral, han intentado censurar al Presidente de México. Sin embargo, las cosas han cambiado, ya no es la época en que existía el periódico El Nacional que, sostenido con recursos públicos, se dedicaba a atacar al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, que era el principal, si no es que único, opositor al gobierno. Tampoco es la época en la que se repartía el “chayote”, para que los periodistas hablaran bien del presidente. Tampoco son los tiempos en los que existía un presupuesto estratosférico del gobierno en los medios. Ya nada de eso existe, lo que existe es una sencilla y austera conferencia de prensa mañanera, que da pavor a quienes no tienen argumentos para defender sus pretensiones.

En este contexto hablan de la fortaleza de la oposición ¿Fortaleza de la oposición? Pero si lo que están haciendo es juntar sus debilidades, los restos de lo que fueron el PRI y el PAN, que constituían el 90 por ciento del electorado y de la representación política nacional en una época en la que fingían ser oposición uno de otro.

Lo que sí es un hecho es que vamos a un proceso electoral en el que, por fortuna, no se encarcela a luchadores sociales ni se les coarta la libertad de expresarse, no hay tarjetas Monex, no hay partido de Estado, no hay robo de urnas, sino libertad política.

Senador de la República.