Este municipio es cuna del rebozo, y tras de sí tiene un importante legado histórico y cultural.
IMPULSO/ Tenancingo
Tenancingo es un municipio ubicado al Sur del estado de México, su nombre procede del náhuatl Tenāntzintli que significa ‘pequeña muralla’. Su fundación, fue el 8 de abril de 1825, fecha que permite a la población una mirada y, también, una invitación a conocer de cerca la esencia del lugar.
Considerado uno de los principales atractivos turísticos y culturales del Estado de México, la entidad celebra sus primeros 196 años de tradición; en primer lugar, por su artesanal creación de rebozos, también por ofrecer el delicioso obispo y ser sede de una de las batallas ganadas por José María Morelos rumbo a la Independencia de México.
Uno de los atractivos turísticos más importantes es el Parque estatal turístico y recreativo “Hermenegildo Galeana”, que se encuentra a 30 minutos de la cabecera municipal y cuenta con una variada muestra de flora y fauna, vistas panorámicas, barrancas y una tranquilidad que invita al esparcimiento físico y mental.
Quien así lo desee, puede visitar el Parque Nacional Desierto del Carmen, llamado así por ser un lugar de retiro, ya que alberga las instalaciones del Convento del Carmen, construido por la orden de los Carmelitas Descalzos en el siglo XVIII.
Es considerado como patrimonio cultural, histórico y religioso en la entidad, además de que fue declarado Parque Nacional el 10 de octubre de 1942.
Una de sus obras colosales es el Monumento a Cristo Rey, ubicado en el cerro de las Tres Marías, que mide 30 metros desde su base y es uno de los 10 más altos erigidos a Cristo Rey. Desde su ubicación se obtienen las mejores fotografías panorámicas de la ciudad.
En las faldas del cerro de las Tres Marías hay una antigua capilla de estilo barroco, La Capilla de los Remedios, un lugar lleno de leyendas digno de visitar.
Además, Tenancingo destaca en su gastronomía por la elaboración del obispo, un platillo típico que es un embutido a base de carne de cerdo; lo hay en dos clases, el normal y el especial, este último, se elabora adicionado con diversas y finas semillas, tales como pasas, piñones, almendras, entre otros.
El nombre de este delicioso manjar, según la tradición popular, nace cuando un grupo de seminaristas, al probar la entonces llamada “rellena de sesos”, les pareció que era un platillo digno para un Obispo.
Tenancingo tiene historia en la creación de textiles, siendo el rebozo una de las piezas más sobresalientes, elaborada por manos de artesanas y artesanos.
