Agosto 15, 2024
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Opinión

IMPULSO/ Miguel Carbonell

Manual del político exitoso

El clamoroso batacazo del PRI en las urnas y la posterior renuncia de su Presidente nacional debería ser una alerta para nuestra clase política: ha llegado la hora de renovarse o morir.

No es creíble que políticos que llevan décadas ocupando cargos públicos y viviendo de exprimir el presupuesto se presenten como los renovadores que el país necesita. Nadie les cree, no suscitan ninguna ilusión.

Y no se trata de un tema de edad solamente, allí está el ejemplo de Bernie Sanders, quien a sus 74 años generó en su campaña más entusiasmo que la mismísima Hillary Clinton. Lo que nos enseña ese ejemplo y otros alrededor del mundo es que necesitamos cambiar el discurso, la forma de hacer política, la manera de llegar a los posibles votantes y presentarles propuestas para sus problemas.

Quien quiera ganar en las elecciones de 2018 (tanto la Presidencia de la República como en cargos menos relevantes) necesita aprender a hablar bien en público. Es obvio que nuestros políticos nunca serán oradores brillantes como Barack Obama o Bill Clinton, pero deben al menos superar los acartonados y aburridos discursos en los que pasan los minutos sin que digan nada que tenga sentido. La clave es elocuencia y dominio de la escena.

También se requiere honestidad: que no tengan cola que les pisen. La gente ya está harta de los clásicos vividores de la política que tienen un nivel de vida de megamillonarios pese a que siempre han trabajado en el sector público. No hay ni la más mínima correspondencia entre los sueldos que han recibido a lo largo de su carrera y la cantidad de casas, coches y dinero en sus cuentas bancarias de las que son propietarios. Un político honesto tiene una ventaja competitiva enorme en el México del siglo XXI.

Una tercera característica: que tengan un buen conjunto de ideas para sacar adelante al país. Una sociedad cada vez más informada no se va a conformar con políticos que digan que van a “luchar contra la injusticia” o que promoverán “la salud y la educación”. Necesitamos propuestas aterrizadas, viables, que estén acompañadas de buenos diagnósticos y de eficientes proyectos de política pública.

Para poder hacer dichas propuestas y ofrecer buenos diagnósticos, los políticos necesitan descifrar las prioridades nacionales: ¿qué es lo que más les preocupa a los ciudadanos, lo que en verdad les quita el sueño? Lo que demuestran las encuestas es que las dos mayores preocupaciones de los mexicanos son la inseguridad pública y tener un trabajo bien remunerado. Esos son los temas sobre los que debería construirse una buena candidatura hacia el 2018: los mexicanos quieren antes que nada sentirse seguros en sus casas, en las calles, en el transporte público, en sus trabajos.

@MiguelCarbonell

 
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